viernes, 25 de diciembre de 2009

QUÉ FAMILIA LA MÍA…JOTACET



Con mi mujer en problemas pasajeros, (un tropezón cualquiera da en la vida), pero siempre juntos todos sin perder la alegría, les deseamos a todas las amigas y amigos escritores que nunca se sientan vencidos ni aún vencidos, como decía Almafuerte..!

Felices Fiestas para todos y espérennos que volveremos a escribirles
¡Gracias Poeta Latino!

JOTACET-25- DICIEMBRE- 09

viernes, 11 de diciembre de 2009

EL BUHO Y LA SERPIENTE DE CASCABEL




La serpiente con gran sigilo, exhibía oscura lengua bífida percibiendo la cercanía del futuro banquete, llenando sus glándulas con dorado veneno, que le inocularía hasta paralizarlo- Luego, placentera digestión y prolongado reposo al sol, sobre el tibio verdor.
Su pensamiento pleno de felicidad, pero, pasados los minutos y las horas, el ansiado roedor detectado por su olfato…no aparecía!
Exhausta ya, vio los restos óseos del animalito que había comido a la noche, los cuales estaban cerca de un voluminoso Cactus, que allí llamaban “Peyote”. En sus brotes se veían las huellas de profundos mordiscos, última comida del ratoncito que ella había devorado…
La lengua seguía enviando al cerebro, imágenes de animalitos muy cercanos, que producían la secreción de cantidades grandes de jugos digestivos. El tiempo transcurría pero las imágenes virtuales no se materializaban. Ya impaciente, vio a un viejo Búho y decidió acercarse en son de Paz, saludándolo efusivamente: el anciano contestó ¡Hola! Mientras saltaba a una rama más alta…La víbora le preguntó si había visto por allí cerca algún nido con polluelos , a lo que el Búho contestó negativamente. Entonces ella, moviendo alegremente su cascabel, preguntó como al descuido si por allí había ardillitas, ratoncitos ó algunas ranitas, pero el viejo también hizo un gesto negativo con su cabeza.
La serpiente, desesperada, se sinceró y rompió en llanto, gritando que entonces se estaba volviendo loca, porque desde hacía algunas horas percibía manjares cercanos que realmente no existían!El anciano se le acercó, ya sin miedo, y frotándole la cabeza con una de sus alas, le dijo:
“mi niña”, hay muchas cosas que tú desconoces…trata de dormir en “mis brazos” y te aseguro que despertarás sin problemas. Luego, te indicaré donde puedes conseguir tu alimento, y seremos grandes amigos… y observó como ella se dormía…!
Al día siguiente, el BÚHO se puso su guardapolvos blanco y penetró solemnemente al Aula de la Facultad de los Animales, saludó a todos sus alumnos, y dijo: “Hoy que nos toca Clase de Botánica, nos referiremos al PEYOTE, cactus muy abundante en la zona, y que sus padres se lo tienen prohibido como alimento”. Ello se debe a que es de muy rico sabor, por su contenido en Glucosa y Agua…pero contiene L.S.D, cuyo nombre es, como explicaré en la clase de Química: Ácido Lisérgico… sólo les adelantaré que su ingestión produce trastornos neurológicos, y Alucinaciones Visuales, Olfativas, Sonoras, etc,etc,etc…


JOTACET- 11- DICIEMBRE- 09

lunes, 7 de diciembre de 2009

¿EXISTIÓ EL HOLOCAUSTO?





El Álbum de Auschwitz es la única evidencia visual de la masacre perpetrada en Auschwitz-Birkenau. Es un documento único y fue donado a Yad Vashem por
Lilly Jacob-Zelmanovic Meier.



Las fotografías fueron tomadas a finales de mayo y principios de junio de 1944 por Ernst Hofmann y Bernhard Walter, dos hombres de las SS cuya función era tomar fotos identificatorias y huellas digitales a los presos (no a los judíos que eran enviados directamente a las cámaras de gas). Las fotografías muestran la llegada de los judíos húngaros de Carpato-Rutenia. Muchos de ellos provenían del gueto de Berehov, el cual reunía a judíos de otras ciudades pequeñas.


El comienzo del verano de 1944, fue el momento cumbre de la deportación de los judíos húngaros. Con este propósito una vía de tren especial fue extendida desde la estación de fuera del campo hasta una rampa dentro de Auschwitz. Muchas de las fotografías del álbum fueron tomadas en la rampa. Luego los judíos debían pasar un proceso de selección, llevado a cabo por los médicos y guardias de las SS. Aquellos considerados apropiados para el trabajo, eran enviados al campo, en donde eran registrados, despiojados y distribuidos en las barracas. El resto era enviado a las cámaras de gas. Los llevaban hasta allí con la excusa de tomar una inofensiva ducha, luego sus cuerpos eran cremados y las cenizas esparcidas en un pantano vecino. No solo explotaban despiadadamente a aquellos judíos que no asesinaban inmediatamente, sino que también los despojaban de todas las pertenencias que traían con ellos. Inclusive arreglos dentales de oro eran extraídos de las bocas de los muertos por un grupo especial de prisioneros. Los efectos personales que los judíos traían consigo eran seleccionados y guardados en un área denominada por los prisioneros “Canadá”, la tierra de la abundancia.
Las fotos en el álbum muestran el proceso completo, excepto los asesinatos mismos.


El objetivo del álbum es poco claro. No tenía propósitos propagandísticos, ni se advierte tampoco ningún evidente uso personal en ellos.


Se asume que fue preparado como documento oficial para alguna autoridad superior, al igual que ocurrió con álbumes de fotos de otros campos de concentración.



Lily nunca escondió el álbum y en varias ocasiones se publicó acerca de su existencia. Inclusive lo había presentado como testimonio durante los juicios de Auschwitz en Francfort en los años 60’. Ella lo guardó durante todos esos años hasta que el famoso cazador de nazis Serge Klarsfeld la visitara en 1980 y convenciera de donar el álbum a Yad Vashem.



En 1994 llegó el álbum a manos del laboratorio de conservación de Yad Vashem, en donde se guardó información sobre cada una de las fotos en el banco de datos computarizado del archivo. El equipo del archivo logró comparar y hacer coincidir las fotografías con fotos aéreas tomadas por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en diferentes ocasiones durante 1944 y 1945. En el año 1999, el álbum en su totalidad fue escaneado con un equipo digital de la más alta calidad.


El álbum contiene 56 páginas y 193 fotografías. Algunas de las fotos originales no se encuentran en el álbum, aparentemente aquellas entregadas por Lily a sobrevivientes que identificaron en ellas a parientes. Una de estas fotografías fue donada recientemente a Yad Vashem.



Más referencias: Encyclopedia of the Holocaust, [Enciclopedia del Holocausto], Tel-Aviv, 1990.Gilbert, Martin, Auschwitz and the Allies, [Auschwitz y los Aliados], New-York, 1981. Greif, Gideon, We Wept without Tears, Testimonies of the Jewish Sonderkommando from Auschwitz, [Lloramos sin lágrimas, Testimonio de los Judíos de Sonderkommando de Auschwitz] Yale University Press and The Sue and Leonard Miller Center for Contemporary Judaic Studies, University of Miami, 2005Hoess, Rudolf, Commandant of Auschwitz, [Comandante de Auschwitz],Cleveland, 1959. Klarsfeld, Serge (ed.), The Auschwitz Album, [El Álbum de Auschwitz] Lilly Jacob's Album, New-York, 1980. Kraus, Ota & Kulka, Erich, The Death Factory: Document on Auschwitz, [ La Fábrica de muerte: documentos sobre Auschwitz] New-York, 1966.
Introducción Multimedia El Álbum Fotos aéreas


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Judíos clasificados como "no aptos para el trabajo" esperando en una arboleda fuera del Crematorio IV antes de ser enviados a las cámaras de gas. En este punto, los judíos estaban exhaustos y en estado de conmoción por los horrores del viaje y por el proceso de selección que acababan de soportar. La gran mayoría no tenía idea del destino que le esperaba.


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Mujeres aptas para el trabajo después del proceso de desinfección. La desinfección de aquellas que no eran seleccionadas para las cámaras de gas, y el afeitado de sus cabezas, eran parte del proceso de registro en el campo. Después de finalizar, les entregaban los uniformes de prisión.


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Mujeres aptas para el trabajo después del proceso de desinfección. La desinfección de aquellas que no eran seleccionadas para las cámaras de gas, y el afeitado de sus cabezas, eran parte del proceso de registro en el campo. Después de finalizar, les entregaban los uniformes de prisión.


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Clasificación de los efectos personales de los recién llegados a Auschwitz en una sección especial del campo conocida como "Canadá". Los prisioneros veteranos trabajaban en esa sección bajo la constante supervisión de sus guardias de las SS.


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Fotos aéreas
31 de mayo de 1944
26 de junio 1944
25 de agosto 1944
13 de septiembre 1944
21 de diciembre 1944

Introducción
Las fotografías aéreas de Auschwitz tomadas por las Fuerzas Aéreas Aliadas durante la Segunda Guerra Mundial fueron presentadas por primera vez en 1978 por Dino Brugioni y Robert Poirer, dos analistas de fotografías aéreas que trabajaban para la CIA. Utilizando material de investigación histórica, volvieron a analizar fotografías aéreas que se encontraban en los archivos de la Defense Intelligence Agency [Agencia de Inteligencia de Defensa] en Washington. Yad Vashem tuvo la posibilidad de adquirir algunas de esas fotografías en 1980 con la ayuda de Elie Wiesel, y cuando el entonces presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, visitó Israel en el mismo año, trajo consigo copias de los rollos de película originales. Las Fuerzas Aéreas Aliadas llegaron al área de Auschwitz a causa de la importante industria de guerra ubicada en la región de Alta Silesia (territorio polaco que fue anexado al Tercer Reich en 1939). A comienzos de 1944, se recibieron informes de inteligencia que hablaban de una fábrica gigante de caucho artificial y combustibles en Monowitz. El 4 de abril de 1944, un avión Mosquito del Escuadrón de Reconocimiento Fotográfico 60 de la Fuerza Aérea Sudafricana partió de la base de Foggia, en el sur de Italia, para fotografiar la fábrica. Se trataba de un establecimiento de la compañía IG Farben en Monowitz, a tan sólo 4 kms. de Birkenau. Con el propósito de asegurar una cobertura completa del objetivo, era una práctica habitual comenzar la operación de la cámara con un poco de anticipación, y detenerla un poco después de lo necesario. Como resultado de esto, por primera vez fue fotografiado el campo de Auschwitz. Durante el mismo período, los Aliados habían comenzado a planear un vasto ataque conjunto a la industria alemana de combustibles, y la planta de Monowitz ocupaba uno de los primeros lugares en la lista de objetivos. El 31 de mayo fue enviado al área un segundo avión del Escuadrón 60. Esta vez, tomó también tres fotografías de Birkenau desde una altura de 26,000 pies, aunque los analistas de fotografías no identificaron el campo. Las fotografías de este vuelo nos muestran el campo tal como se veía 3 días después de la llegada de la deportación que se documenta en el Álbum de Auschwitz. Por diversas razones operacionales, el bombardeo de la fábrica de Monowitz fue demorado, pero las fuerzas Aliadas continuaron reuniendo información de inteligencia acerca de esta fábrica y de otras instalaciones del área. Los aviones Mosquito sudafricanos fotografiaron la fábrica y partes del complejo del campo el 26 de junio, el 25 de agosto y el 8 de septiembre. Entretanto, la fuerza aérea de los Estados Unidos también comenzó a llevar a cabo misiones sobre el área. La primera misión norteamericana hacia el área de Auschwitz fue efectuada el 8 de julio con un avión F-5 Lightning del 5o Grupo de Reconocimiento Fotográfico de la 15a Fuerza Aérea, operando desde Bari. La información recogida en esta misión y en las británicas, fue utilizada para planificar la primera misión de bombardeo sobre la fábrica de Monowitz que se llevó a cabo el 20 de agosto, y como consecuencia de la cual la fábrica resultó dañada, pero no destruida. La segunda misión de bombardeo fue realizada el 13 de septiembre, y las fotografías tomadas durante el ataque por los aviones B-24 del Grupo de Bombardeo 464 incluyen una fotografía que muestra las bombas que se dejan caer sobre Birkenau. Más tarde, se realizaron sobrevuelos para evaluar los daños y el progreso de los alemanes en las reparaciones. Los aviones Lightning del 5o Grupo de Reconocimiento Fotográfico también volaron sobre el área de Auschwitz el 29 de noviembre, el 21 de diciembre, y finalmente el 14 de enero de 1945 – solamente dos semanas antes de la liberación del campo por el Ejército Rojo. Debe señalarse que los analistas de las fotografías nunca comprendieron el significado de Birkenau, aunque el Campo III, que estaba próximo a la fábrica de la IG Farben, fue identificado como un campo de concentración. Lecturas posteriores: Brugioni, Dino A. /Poirier, Robert G., The Holocaust Revisited: A Retrospective Analysis of the Auschwitz-Birkenau Extermination Complex, Washington DC, 1979.Neufeld, Michael J. y Berenbaum, Michael (ed.), The Bombing of Auschwitz: Should the Allies have Attempted it?, New York, 2000.James H. Kitchens, “The Bombing of Auschwitz Re-examined”, en The Journal of Military History, LVIII, Abril de 1994, pp.233-266.Gilbert, Martin, Auschwitz and the Allies, New York, 1981.Martin Gilbert, “The Question of Bombing Auschwitz”, en The Nazi Concentration Camps, Actas de la cuarta Conferencia Histórica Internacional de Yad Vashem, Jerusalén, 1984, pp.417-473.Rondall Rice, “Bombing Auschwitz: US 15th Air Force and the Military Aspects of a Possible Attack”, en War in History, vol.6, no.2, 1999, pp.205-229
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Fotos aéreas
31 de mayo de 1944

Haga clic en la foto para ampliarla
El Escuadrón de Reconocimiento Fotográfico 60 de la Fuerza Aérea Sudafricana, operando desde el sur de Italia para la obtención de inteligencia para bombardeo, tomó una fotografía aérea del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. El avión de reconocimiento aéreo en realidad estaba buscando la cercana planta de fabricación de material de guerra de la IG Farben, y otras instalaciones de producción de material bélico en el área. El material fotográfico de esta misión fue compartido con la 15a Fuerza Aérea de los Estados Unidos, que más tarde bombardeó la fábrica de la IG Farben. Dos investigadores de la CIA reinterpretaron la fotografía en 1978, e insertaron las leyendas y las flechas de la foto. Las flechas señalan varios grupos de prisioneros dentro del campo. Son visibles también varios vagones ferroviarios próximos a la rampa. La nube de humo que sale de la chimenea del crematorio V indica que poco antes se había exterminado gente en la cámara de gas que estaba abajo.

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Fotos aéreas
21 de diciembre 1944

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Ampliación de parte de una fotografía de Birkenau nevado, tomada por un avión F-5 norteamericano del 5o Grupo de Reconocimiento Fotográfico de la 15a Fuerza Aérea el 21 de diciembre de 1944 (Misión no. 5PG/15SG/994). En cumplimiento de una orden emitida por Himmler a comienzos de noviembre para detener la operación de las cámaras de gas, las instalaciones de exterminio fueron desmanteladas en noviembre y diciembre de 1944, como puede verse en la fotografía. Podemos ver las ruinas del Crematorio IV, que fuera destruido en el levantamiento de los Sonderkommando del 7 de octubre de 1944, y los jardines decorativos plantados al final de cada bloque en el área BII del campo, que quedaron en su lugar por completo.
Negacionismo
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Para la reexaminación crítica de hechos históricos, véase
Revisionismo histórico.
El negacionismo es la distorsión ilegítima del registro histórico de tal manera que ciertos eventos aparecen sea de forma más favorable o desfavorable, mientras que el
revisionismo histórico se ocupa de la corrección legítima del conocimiento existente sobre un evento histórico.[1] Este artículo se centrará únicamente en el primero, i.e. el tipo ilegítimo que constituye la negación de los crímenes históricos: el negacionismo.[2] [3]
A diferencia de la
propaganda, que apela a las emociones, el revisionismo apela al intelecto, usando varias técnicas ilegitimas para proponer un punto de vista. Estas técnicas incluyen presentar como documentos genuinos a unos falsos, inventar razones ingeniosas, pero no plausibles para desconfiar de documentos genuinos, atribuir sus propias conclusiones a libros y otras fuentes que digan lo contrario, manipular series estadísticas para apoyar sus puntos de vista y traducir mal deliberadamente textos en otros idiomas.[4]
Ejemplos de revisionismo histórico ilegítimo (negacionismo) incluyen: el
negacionismo del Holocausto y la historiografía soviética. El negacionismo es también utilizado por grupos de odio en Internet y sus efectos pueden encontrarse descrito en la literatura (por ejemplo, en la novela 1984 de George Orwell). En algunos países, el negacionismo de ciertos eventos históricos es considerado un delito.
En
India, los historiadores con credenciales académicas impecables y reconocimiento internacional, como R.S. Sharma, Romila Thapar, Bipan Chandra, Satish Chandra y Gurú Arjan, cuyos libros de texto han sido utilizados en las escuelas por un largo tiempo, han estado bajo un ataque virulento por parte de los comunalistas[5] y sus libros fueron distorsionados o retirados debido a la presión política.
Contenido
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1 Motivaciones del negacionismo
2 Véase también
3 Referencias
4 Enlaces externos
//
Motivaciones del negacionismo [editar]
El "revisionismo histórico" puede ser usado como una etiqueta para describir los puntos de vista de historiadores autodidactas o disidentes que publican artículos que deliberadamente tergiversan y manipulan la evidencia histórica. Algunos de estos historiadores, como
David Irving, un defensor del negacionismo del Holocausto, se han denominado a sí mismos revisionistas históricos.[4] Esta etiqueta ha sido utilizada de forma peyorativa para describir a estos historiadores criticando su trabajo.
Las motivaciones de los negacionistas pueden ser diversas. En el caso de la
negación del genocidio judío por los nazis, las razones parecen ser principalmente el antisemitismo y la voluntad de defender -incluso negando la realidad de los hechos- al régimen nazi y a sus colaboradores (como la Francia de Vichy). Así, se han publicado historias populares que desafían la posición generalmente aceptada de un período dado, como es el caso del Holocausto. Para ello, minimizan su magnitud y encubren otros crímenes de guerra nazi, mientras que hacen hincapié en el sufrimiento de las poblaciones del Eje en manos de los Aliados, subrayando que los aliados cometieron también crímenes de guerra.
La negación de un
genocidio (Holocausto, genocidio armenio, genocidio de Ruanda, etc.) busca de hecho obtener un sobreseimiento para lo que es admitido como un crimen y retirar a las víctimas o a sus deudos todo derecho a reparación alguna (en ausencia del crimen, no existen ni criminales ni víctimas). El negacionismo puede así servir para proteger tanto a los actores de un genocidio, como a sus cómplices y herederos ideológicos.
Las tesis negacionistas se fundamentan muy a menudo en hechos maquillados o en la omisión deliberada de elementos de cargo. En consecuencia, se estima que sus tesis son producto de extremistas y falsificadores, con el fin de mostrar determinado hecho criminal como socialmente aceptable en su contexto.
Ejemplos similares pueden presentarse en el otro extremo de la escala política, cuando los
comunistas y socialistas intentan (al igual que los revisionistas antisemitas) encubrir o minimizar atrocidades mayores llevadas a cabo bajo algunos de estos regímenes. Es el caso del Gran Salto Adelante de Mao donde hasta 43 millones de personas murieron de hambre,[6] los Killing Fields de Camboya, el Gulag en la Unión Soviética o el Holodomor contra el pueblo ucraniano.[7]

JOTACET: DEDICADO A LOS IMBECILES QUE LO NIEGAN-07-12-09

lunes, 23 de noviembre de 2009

DEMASIADOS ENANOS...


En la localidad de General Rodríguez, cerca de la Estación, había también un Hospital Municipal General, cuyo Director era un gran amigo mío y muy destacado cirujano general y especialista en Tórax, el Doctor Oscar Cassot. Este amigo era también cirujano del Vicente López y Planes, y muchas veces compartíamos la atención de diversos pacientes. Recuerdo que en una oportunidad se produjo un espectacular accidente en la Ruta 7, frente a la estación ferroviaria. De una camioneta semi destruída, sacaron a un italiano casi muerto, con múltiples heridas y fracturas, trasladándolo, los Bomberos, al hospital municipal. Milagrosamente consiguieron estabilizar sus parámetros vitales, comenzando una larga evolución con numerosas operaciones, realizadas por mi amigo Oscar Cassot.- Habían pasado más de seis meses, y me encontraba en mi Servicio, cuando recibí una llamada telefónica desde el hospital municipal. Era el Dr.Cassot que me pidió que cuando me fuera para Buenos Aires, por favor pasara sin falta por su casa particular, ubicada frente al hospital donde era director. La casa de Oscar era un hermoso chalet circundado de parque con plantas muy finas y césped inglés. Las paredes eran una combinación de piedras, madera, y grandes aberturas con cerramientos de cristal. El Porch era enorme y de diseño Californiano. Como yo había tratado al hijito de Cassot por una tuberculosis ganglionar, era habitual que pasara por su casa para el control, antes de salir a la ruta.- Ese día pensé que se trataba de lo mismo, y me dirigí a su domicilio.- Pero al llegar a la esquina, me llamó la atención la presencia, sobre la acera, de varias personas, todas vecinas de mi amigo, que reían sin parar.- Estacioné junto al cordón, y al descender del auto quedé paralizado, y mi colega me tomó del brazo, blasfemando, y me condujo hasta el hermoso Porch, de especial diseño, y me mostró algo increíble- Puestos en fila, uno junto al otro, se podían ver 12 enanos de cemento, de una estatura aproximada de 90 centímetros cada uno, con gorritos, pipas, palitas, carretillas, etc. Estupefacto, miré a mi amigo, y me dijo que se acababa de enterar que el tano maldito fabricaba enanos para jardín de todos los tamaños, y que, si eran distribuídos artísticamente iban a quedar “10 puntos”, y que como el parque era grande, si quería algunos más le avisara, porque su fábrica quedaba muy cerca, en Luján…

Mi colega me preguntó desesperado, qué podía hacer con esa porquería, ya que si fueran uno ó dos, podría simular que se rompieron, ¡Pero eran doce! Y entonces le dije, riéndome a carcajadas: ¡Decile que hubo una epidemia! Esta jugosa anécdota la disfrutó todo el pueblo.-

JOTACET- 23- NOVIEMBRE- 09-

domingo, 15 de noviembre de 2009

UNA COSA DE LOCOS...



Estaba ubicado en la calle Vieytes, a la vuelta del Rawson, y ocupaba muchas hectáreas.-

Antiguamente se llamaba Hospicio de las Mercedes, y muchos años después cambiaron su nombre por el de Hospital Borda. En 1958, con mi amigo Horacio Marino, decidimos dejar el Rawson, para hacer guardia en el neuropsiquiátrico, y fuimos juntos, una vez más. Era nuestro nuevo desafío!

Nunca supe cuántas salas de internación tenía, ya que eran muchísimas, todas de Material con techos de tejas, con sus dos pisos. También había otras, de techo convexo, que eran semicirculares, y les llamábamos “los medios caños”, que tenían no menos de veinte camas, diez de cada lado, muy juntas, al punto tal que casi no se podía pasar entre ellas, y para evaluar a algunos enfermos, teníamos que subir a la cama por los pies de la misma. Les llamaban “barracas”, y generalmente albergaban pacientes con demencias epilépticas.- Muy frecuentemente, se armaban grandes trifulcas en esas barracas de epilépticos, vaya a saber por qué , pero nos llamaban y teníamos que ir muy rápido, ya que siempre había heridos, a veces graves.- Mi compañero y yo acudíamos a ese descomunal desorden, hacíamos abrir la puerta de rejas que se cerraba con candado, y habitualmente no había enfermeros después del mediodía, pero sí por la mañana. Era una época de escasos planteles. Nosotros nos teníamos que arreglar separando a los que peleaban, y tratar de evaluar a los heridos.-

Cuando la situación se ponía muy difícil, la guardia llamaba a la Policía Federal, entonces venía primero una dotación de bomberos del Cuartel Corrales, ubicado en la avenida Caseros, y comenzaban a tender las líneas de agua, “atacando” a aquellos pobres con sus proyectiles hídricos! Era un espectáculo digno de aquél teatro de operaciones.- En realidad, les tenían temor a los alienados, y entonces les arrojaban el agua como para dejarlos fuera de combate.- Cuando el operativo resultaba insuficiente, venía la Guardia de Infantería con sus conocidos carros de asalto, de puertas laterales, y bajaban también con temor, y empezaban a los palos con todo el mundo…- Luego se retiraban los Infantes y los Bomberos, y, como decimos los porteños todo quedaba hecho un quilombo, y nosotros dos solos, levantando a los más maltrechos y llevándolos a la sala de Cirugía para suturar sus heridas durante horas.-

Por eso, ante hechos similares, preferíamos prescindir de tal tipo de ayuda, y bancar todo solos, porque resultaba menos complicado!


Cerca de la entrada por Vieytes, estaba el Pabellón Lucio Meléndez, de asuntos judiciales, donde se internaban los pacientes que habían cometido delitos, casi siempre graves, y se estudiaba si eran ó no, punibles, es decir, en uso ó no de sus facultades mentales. Por supuesto que a veces había simuladores. El lugar era horrible, con celdas a ambos lados, y el griterío provocado por los alienados y por los que simulaban.-

Es sabido que los que se quieren hacer pasar por “locos”, generalmente actúan su papel con exageración, mientras que los enajenados de verdad, son más naturales, y su comportamiento patológico, resulta más coherente.- En ese Pabellón siempre existe custodia policial.-

Luego está el Pabellón de Neurología, cuyo jefe era el Dr. Orlando, con dos pisos con sus escaleras sin luz, por las lámparas eléctricas “quemadas”, llenas de lucecitas como luciérnagas, por los pacientes que fumaban a obscuras.- En esa sala, había un gran psiquíatra, el Dr. Coronel, que nos decía que no había que darles cigarrillos a los enfermos, que seguían pacientemente a todo el mundo, pidiendo tabaco, porque eran tantos que no dejaban trabajar. También nos decía que lo mejor era mostrarse enérgicos, para que no molestaran.- Una mañana entramos con él, y se le acercó un loquito, y con una sonrisa le pidió “un faso, por favor”! – El Dr.Coronel lo apartó secamente, y le gritó que no molestara. El pobre agachó la cabeza y se fué, y Coronel nos guiñó el ojo con una sonrisa.- Al rato, cuando el galeno volvía para salir de la sala, el paciente lo estaba esperando detrás de la puerta, y con un palo de escoba lo molió a golpes.- Por eso, creo que en la demencia no hay experiencia que valga, y casi todo suele resultar imprevisible.

Es mucho mejor, tratarlos siempre con la amabilidad que ellos merecen, ya que nuestro respeto lo captan inmediatamente.-

Enfrente de allí estaba el edificio de la Administración, con la oficina de Personal y al lado, la Guardia y el Servicio de Admisión.- Ese servicio, tenía una gran sala, con las camas donde permanecían acostados, algunos maniatados, que habían sido admitidos, pero al no haber todavía un diagnóstico claro, estaban en observación hasta que luego, oportunamente , se los trasladaba al servicio que correspondiera.- En la Guardia, había un Cabo enfermero, una camilla, un escritorio pequeño, y dos asientos. Cuando llegaba un paciente nuevo, a veces era traído por la policía, y en cualquier vehículo, a veces con chaleco de fuerza colocado. Había que sacarle el chaleco examinarlo prolijamente, sobre todo por si tenía lesiones, ya que solían “reducirlos” con fuerza y violencia. Se confeccionaba la Historia Clínica, se firmaba la recepción con todas las salvedades de cada caso, se retiraba la ambulancia ó el coche policial, y luego se lo internaba en Admisión ó directamente en algún otro Servicio, con las indicaciones que se estimaba pertinentes.- Si el caso se ponía complicado, por ejemplo por agresividad, además del Cabo enfermero, y el practicante, se pedía ayuda a dos personajes: Pedro y El Mono, que eran dos pacientes internados desde hacía mucho tiempo, que tenían una experiencia bárbara para esas circunstancias, y hacían exclusivamente lo que se les ordenaba…

Hacia la derecha estaba el Pabellón del Médico Interno, una especie de señor feudal, que estaba lujosamente amueblado, resabio de la época de la Sociedad de Beneficencia, donde casi todas las noches concurrían lujosos automóviles con importantes personajes, y organizaban la mesa imponente donde se jugaba Póker y otros juegos de azar. El personal, incluídos los practicantes, no tenían acceso a tal lugar, y menos a aquéllas reuniones. Al Médico Interno, sólo se le comunicaban las novedades telefónicamente.- Más atrás y por el ala derecha, se encontraba la Cátedra de Psiquiatría con su imponente Aula Anfiteatro, y el desfile permanente de alumnos para las clases teóricas, los trabajos prácticos, y los exámenes parciales ó finales.-

Al fondo de todo, de aquél camino interminable por esos senderos anchos, de tierra y cascotes, cruzándose con incesantes caminantes, ángeles sucios y miserables que gritaban, reían, y pedían incesantemente cigarrillos, se llegaba a un tristísimo edificio de paredes amarillentas y descascaradas que era el Pabellón de los practicantes de la Guardia.

Entrada ancha, sin puertas, Hall antiguo, desprolijo y sucio, con una vieja escalera de mármol desarrollada hacia la derecha. Arriba, en el piso alto, un pasillo transversal con las puertas de las habitaciones para los futuros médicos. Aquél pasillo, al final desembocaba en el Comedor, con una mesa rectangular muy grande, rodeada por sillas de madera bastante antiguas. Allí imperaba el silencio. En un extremo del comedor, había una pequeña cocina, donde se preparaban el té, café, ó mate cocido, y a veces también alguien cocinaba algo sencillo.- A mí me destinaron a la segunda habitación, partiendo desde el comedor. Tenía dos camas de una plaza cada una, que, como en el Rawson, compartíamos con Horacio Marino. Existía la costumbre y obligación de que los practicantes “decoraran” sus habitaciones con diferentes objetos, que tenían que ser Originales, y Robados ó Hurtados de lugares lo más insólitos posible.

Por los motivos mencionados, en la nuestra había una gran alfombra roja, antigua, que nadie recordaba quién la había conseguido, ni cuándo. Sobre la pared izquierda, se veía majestuosa una enorme cornamenta de un ciervo, que según los memoriosos había sido sustraída del Restaurante “El Cazador”, de la localidad de Escobar, en la provincia de Buenos Aires.- En la pared de enfrente, lucía un imponente cartel ovalado, de color rojo de 1,50 metros de diámetro mayor, que en letras blancas lucía las conocidas palabras COCA – COLA, y provenía de la cercana estación ferroviaria.

En las distintas ramas de la cornamenta antes mencionada, solían lucir colgadas, distintas prendas interiores femeninas, seguramente trofeos de batallas muy difíciles que habría librado vaya a saber qué Caballero, ya que cada habitación era ocupada, cada día de la semana, por diferentes profesionales…

También había un guardarropas, a la entrada, y a su lado uno se encontraba, sorpresivamente, con un poste de madera de color blanco, que con letras negras decía”Parada”, y más abajo figuraban los números de las líneas de transporte correspondientes. Era de destacar que dicho Poste estaba inmóvil, ya que había sido debidamente “amurado” al piso, que era de antiguo machimbre.-

Nosotros tuvimos cierto plazo para cumplir con las tradiciones nosocomiales, y entonces, Horacio se trajo de la estación Constitución un auténtico Farol, de esos que colgaban del último vagón de los trenes, y lo fijó a la parte interna de la puerta.- Yo, por mi parte, con una pequeña escalera, destornillé y extraje dos carteles, con los nombres de las calles Cuenca, el uno, y Avellaneda, el otro. Eran de chapa enlozada, pesados, de color azul y letras blancas, y eran de la esquina de la casa de mi novia. Los fijé a las paredes de la habitación, de manera que remedaran una esquina…

Detrás de las cabeceras de nuestras camas había una vieja ventana de hierro, desde donde se podía contemplar el patético proyecto de Holocausto, que nuestras ilusiones tratarían de evitar, para lo cual nos desayunábamos temprano, y comenzábamos la recorrida con todos los bríos.- Entre las camas y la ventana, había otro artefacto muy original. Se trataba de un gran barril de madera, prolijamente lustrado, que constaba de dos partes, una superior y otra inferior. La superior tenía una puerta convexa como el barril, que abría a la derecha, y su apertura arrastraba una especie de tabla cuadrada hacia fuera, sobre la cual se encontraba un tocadiscos eléctrico sencillo, de conocida marca.-

La puerta inferior era del mismo sistema, y al abrirla mostraba un compartimento grande y redondo, donde había numerosos discos de Tango, Jazz, y ritmos tropicales y Boleros. También tenía algunas copas a veces limpias, y botellas de bebidas alcohólicas, especialmente Gin, Whisky, y aperitivos.

El propietario del susodicho Barril, era un compañero, el querido Negro Baras, que hacía Cirugía en el Rawson, y guardia en el Neuropsiquiátrico. Así era de inteligente y bueno, como insólitamente travieso. Por supuesto que ocupaba nuestro bulín, otro día de la semana. Fuímos muy compinches, hasta que un tiempo después viajó a los Estados Unidos, a trabajar en serio en un hospital general, suburbano, y se enamoró de una enfermera negra, hermosa, con la que se casó y tuvo varios hijos. En una carta enviada a otro amigo, contaba que estaba muy feliz con su familia, pero que extrañaba nuestro país y la piecita famosa… El amigo común, Dr. José M. Bassaluzzo, en otra carta, le comentó que aquél histórico Barril había quedado a través del tiempo, en esa misma habitación, y se encontraba intacto, por su valor histórico dentro del Borda.-

Muy poco tiempo después, el Negro aprovechó un Congreso de Cirugía en Buenos Aires, se vino, y recuperó ese amado patrimonio. Se quedó muy poco y regresó con su familia. Un año después, con enorme emoción, los amigos pudimos tener en nuestras manos, hermosas fotografías que nos envió, donde estaba en su hermosa casa de California, abrazado a su hermosa esposa y sus bellísimos niños, cuatro y todos negritos.

Pero el broche de oro de esta historia, es que en una de las fotos, sacada en el gran living de la casa, el Negro, guiñando un ojo, y con el pulgar hacia arriba, señalaba el Famoso Barril, abierto, con el tocadiscos y las copas de licor ¡Toda una historia!

En el “loquero”, como le decíamos cariñosamente, hubo otros personajes inolvidables, yo diría inmortales. Tal, el caso de Don Pifano Capece.- Era un hombre alto y delgado, un Señor, que había sido Juez de Paz cuando le tocó “rayarse”. Siempre serio, con su traje azul, camisa blanca, corbata negra y sombrero gris obscuro.- Tenía un delirio sistematizado, sobre todo en temas sociales. Nos ayudaba a estudiar, leyéndonos en voz alta los distintos temas de examen. – Y esto se repetía durante horas, y con diferentes materias, algunas de las cuales le gustaban más que otras, por ejemplo Farmacología. Entonces Don Pifano se entusiasmaba y nos hacía preguntas, como la clasificación de los diuréticos, ó la de los purgantes salinos, y como esa materia hacía mucho que la habíamos aprobado, le pedíamos que nos leyera otra cosa, y él se ponía serio, se retiraba y nos decía que tenía que hacer otras cosas…

Un día le dije que a mí me gustaban mucho las milanesas, y como me quería de verdad, a partir de allí comenzó a hacernos milanesas en todos los almuerzos, y éramos dos solos, Marino y yo, y Pifano freía como 20 milanesas, y las ponía en la mesa en una gran fuente, muy contento.-Una mañana de verano, estaba el comedor lleno de moscas, que volaban alrededor nuestro sin cesar. Entonces le pregunté si se podía hacer algo, como encender el ventilador. Al instante, apareció con un aparato de Flit, y echó gran cantidad, de modo que esa nube impregnó la comida, y nosotros, resignados, nos servíamos las que quedaron abajo, así igual le dimos el gusto de comer…

En 1959 nos enteramos, por la historia clínica, que el Dr.Pifano Capece cumplía 25 años consecutivos de internación! Entonces, lo comentamos con los compañeros de la guardia, con los médicos antiguos, y con el Dr.Ipar, Director del hospital. La idea se fue gestando, y maduró, hasta que un día, se organizó un almuerzo al que concurrieron la mayoría de los profesionales que habían tenido algo que ver con el homenajeado. Se había colocado un pedestal de mampostería, sobre el cual, cubierto con unas telas blancas, se colocó una gran chapa de bronce que pagamos entre todos, y que decía: este auténtico homenaje al Señor Juez de Paz Don Pifano Capece, al cumplir 25 años ayudándonos a crecer como ciudadanos y profesionales. ¡GRACIAS! y la fecha.-

Entonces lo llamamos al comedor, lo recibimos con un cerrado aplauso durante el cual todos lagrimeamos, y pronunció un discurso el Director.-Acto seguido, tiramos de una cintita y quedó descubierta la hermosa placa de bronce, con el homenajeado realmente emocionado y estupefacto.-Fuímos desfilando todos, y algunos lo palmeaban y otros lo abrazamos y lo besamos, luego de lo cual nos sentamos a la mesa.- Don Pifano, repentinamente, se arregló su desgastada ropa, y arrogante subió a una silla y comenzó su discurso de agradecimiento- entonces se le disparó la Paranoia y siguió hablando sin parar. Los comensales, de los que ninguno reía, fueron terminando de comer y comenzaron a retirarse.- Finalmente, Marino y yo no conseguimos detenerlo, y decidimos esperar el agotamiento del Discurso de su Vida, y nos fuímos a la habitación a dormir la siesta…

Aquella fue la última vez que lo vi, y nunca supe qué habrá sido de aquél, mi Personaje Inolvidable!

Allá en el Hospital Borda, una tarde, mientras recorría los patios, vi a un personaje increíble, que yo imaginaba muerto hacía años. Se trataba del Loco Zamora, el diariero que traía La Razón todas las noches a mi casa, desde que yo tenía 2 años y hasta mi adolescencia. Era un muchachón buenísimo, que caminaba muy rápido, era un gran bebedor, y se lo escuchaba desde lejos cantar a viva voz, el tango “Muñeca Brava”. Siendo yo más grande, le pregunté porqué cantaba esa letra siempre, y él, borracho, me dijo que su mujer, a la cuál nunca le “había fallado”, lo había “adornado”, por eso él cantaba eso y buscaba el olvido de esa manera.-

Al reconocerlo, me acerqué despacito y le grité “¡Todos te llaman Muñeca Brava, porque a los giles mareás sin grupo! Entonces él se sobresaltó, me miró fijo unos momentos, y con una mueca de sonrisa, señalándome con el dedo, me dijo ¡Páez y Campana!- y entonces me quedé hablando todo con él, y lo volví a visitar todas las guardias…Pero ya estaba muy deteriorado, y con la “Payasa” cada vez peor…-Por eso, me faltó fuerza para volverlo a ver, y prefiero recordarlo, rebobinando la cinta hacia atrás!

Y algún tiempo después, decidí dejar el Borda, pero curiosear un poco más en la especialidad, y entonces, me fui al Neuropsiquiátrico de mujeres, es decir, el Hospital Braulio Moyano, que quedaba en el mismo barrio, en frente del anterior.-

Una vez allí, me dirigí al Servicio del Profesor Márquez, que constaba de dos plantas, repletas de alienadas. Luego de hablar un rato con el jefe, me aceptó y me pidió que fuera todos los días, de ocho a doce horas.

Allí el espectáculo era infernal, mucho peor que con los hombres, ya que la miseria física y mental, se exagera en el sexo femenino.- Estuve concurriendo por espacio de seis meses, y conseguí distinguir y estudiar muchas alteraciones endócrinas, casi todas las cuales coincidían con crisis maníacas muy desagradables.- Charlaba diariamente con el Dr.Márquez, que terminó de enseñarme muchos conceptos que yo ignoraba, ya que aquél hombre tenía sólida formación clínica, a diferencia de los demás.

Conseguí ayudarlo a sectorizar la sala, poniendo toda la patología especial, y la endócrina, en el piso superior, mientras las patologías de menor complejidad, ocupaban la planta baja.

También se desarrolló, bajo la dirección del Profesor Márquez, un interesante estudio sobre la incidencia de embarazos en las internadas, muchas veces oligofrénicas, y en importante porcentaje, provocados por pacientes del Borda, que de noche fugaban y saltaban los muros del B.Moyano, en sus escapadas sentimentales, para luego volver, con el mismo método, al servicio donde estaban internados…

Indudablemente, fue una experiencia que me ayudó a Crecer, en estos laberintos del llamado Arte de Curar, que yo llamaría ARTE de COMPRENDER a los demás…Así me despedí, no sin cierta nostalgia, de mis queridos enajenados, y en mi inquieto andar, pensé que yo, en realidad, quería ser Oncólogo, para lo cual, debería adquirir extensos conocimientos sobre los problemas respiratorios e infectológicos, y se pueden imaginar que comencé a mirar con simpatía hacia la avenida Alcorta , en dirección a Caseros, y caerán en la cuenta que me dirigí al Hospital Francisco Javier Muñiz ¿acertaron?

JOTACET- 15-noviembre-2009-

miércoles, 11 de noviembre de 2009

ANÉCDOTAS DEL HOSPITAL P. PIÑERO


El hospital Piñero tuvo muchos personajes inolvidables, sobre todo en la guardia. Uno de ellos fue el Dr. Paschino que tenía un particular sentido del humor.- Era amigo de mi suegro, y era también el que me justificaba las licencias por enfermedad, cuando yo trabajaba en la Obra Social de Economía, así que tuvo que venir a casa en algunas oportunidades. Mi suegro siempre contaba que un día lo vió, caminando por la sala de espera de la guardia del Piñero, atestada de gente, al lado de un señor que parecía muy preocupado.- De pronto, el Dr. eliminó muy ruidosamente sus gases intestinales, y sin inmutarse, ante las miradas atónitas de la gente, se detuvo, y poniendo su brazo sobre el hombro del paciente, le dijo en alta voz ¡ya se le va a pasar, siga tomando los comprimidos una semana, pero no me abandone el régimen!, y entró en el consultorio…

El otro personaje del Piñero, fue un famoso cirujano, Jefe de Guardia, autor de un libro de Patología Quirúrgica por el que estudiamos casi todos los de mi época, que era autoritario. Se trataba del Profesor Igarzábal. En el Hospital, había un baño en el piso alto de la guardia, utilizado habitualmente por todos los integrantes de la misma.-Pero un día, se encontraron que el Dr. Igarzábal se había apropiado del baño, cambiándole la cerradura, y colocándole un cartel que decía “uso exclusivo del señor jefe”.- La indignación fue generalizada. Al día siguiente, uno de los practicantes venía para tomar la guardia a las 7 de la mañana, y al pasar por un baldío redondo frente a la puerta del Cementerio, en el que los tranvías maniobraban para volver a Villa del Parque, observó que en un palenque, estaba pastando tranquilamente un chivo. Su reacción fue inmediata, y desatando al chivo, lentamente lo llevó por la avenida Varela, y lo introdujo en el nosocomio. Les comentó su plan, y sus compañeros estuvieron de acuerdo por unanimidad. Entonces lo subieron cuidadosamente a la planta alta, trajeron un cerrajero que abrió la puerta del baño, e introdujeron al pobre chivo, cerrando nuevamente la puerta.- Luego arrojaron varios cohetes por una ventanita, dentro del toilette. A los pocos minutos llegó el Profesor Igarzábal, y, como era su conocida costumbre, abrió con su llave para hacer sus necesidades.- Como era de suponer, el chivo salió disparado hacia el pasillo de atropellada, y el jefe quedó literalmente sentado de culo.- Luego el animal bajó a los saltos la escalera, y recorrió bestialmente la sala de espera, haciendo que toda la pobre gente se arrojara a los costados, tratando de no ser embestida!

Hubo algunas otras anécdotas, algunas tristes, pero yo creo que las mencionadas pintan una época de alocada estudiantina, que finalmente no hacía mal a nadie, y toda la Gente, que ahora pretenden llamar “Demanda”, era bien y familiarmente atendida, además de participar de las diversiones. ¡Así recuerdo mi paso por el Bajo de Flores!

JOTACET- 11-NOVIEMBRE- 2009-

viernes, 6 de noviembre de 2009

MAS RECUERDOS DEL HOSPITAL SANTOJANNI


Durante la década del ’70, toda la ciudad estaba convulsionada por la actividad de grupos guerrilleros, y la correspondiente réplica armada de las fuerzas de seguridad. Yo tuve que atender en mi guardia, a la madrugada, a un Cabo Primero de la policía, que resultó herido por un disparo de una pistola Máuser en la región lumbar izquierda. Este hombre pasaba caminando frente a un destacamento de la Caminera, en Avda. General Paz y Emilio Castro, en momentos en que eran atacados por elementos desconocidos, recibiendo el impacto mencionado. El policía presentaba cuadro de shock con profusa hemorragia interna. La hipotensión era extrema, y le dimos 4 unidades de sangre “a chorro”, mientras él recuperaba el sentido por momentos, pidiéndome que lo salváramos porque tenía dos hijos muy pequeños! Rápidamente lo trasladaron al Hospital Churruca, y supimos que la bala le había destruído prácticamente el riñón izquierdo, falleciendo esa misma tarde. Nunca olvidaremos el rostro de aquel padre desesperado, y vaya a saber qué fue de su mujer y sus hijos.-

Tuvimos otros casos peliagudos, como el de aquél Sargento Primero de la comisaría 42, que estaba interrogando a un conjunto de 9 menores en una esquina en la calle Cosquín, y habían revisado a todos y faltaba el último, el que extrajo un revólver 38 efectuándole 6 disparos a quemarropa, de los cuales 5 dieron en el blanco. El sargento era muy corpulento, y “se cubrió” con sus 2 enormes brazos, y al examinarlo comprobamos que todos los impactos estaban en una mano, ambos antebrazos y ambos brazos. El policía nos sonreía y nos decía que todos “lo cargaban” por ser gordo, pero se había salvado gracias a eso. Por suerte, no tuvo secuelas.-

En una de las esquinas del hospital, había un negocio de un muchacho que tenía fama de “encarador” y pendenciero. En su bolichito arreglaba radios, planchas, ventiladores, televisores, etc.- Un jueves a las 7.30 horas, llegué a tomar la guardia y encontré al Dr. Caudo con los demás integrantes de la guardia de los miércoles, que muy divertidos me dijeron: “estuvimos atendiendo al Guapo Lamparita”. Y me contaron que esa mañana bien temprano, el electricista había sido traído por unos amigos raros, a la guardia, por presentar intensas molestias en el recto .Cuando procedieron al exámen proctológico, se encontraron con algo realmente insólito, ya que el presunto pendenciero de Mataderos, tenía, introducida en el recto, una de esas lámparas que nunca sabemos para qué sirven, son cilíndricas y en su interior se ven filamentos que forman como una casita con unas láminas de mica. Tienen un culote con 5 salientes metálicos que habitualmente se enchufan en 5 orificios del aparato electrónico correspondiente.- Por suerte, el paciente tenía las patitas metálicas hacia fuera, así que le pudo ser extraído todo fácilmente. El mencionado cuerpo extraño quedó como trofeo en la vitrina de la sala de guardia, y de allí el apodo tan apropiado de “Guapo Lamparita”.- (a los pocos días supimos que se había mudado del barrio, ya que entonces los homosexuales todavía no eran exhibicionistas).- Este relato es Histórico, y no pretende discriminación alguna.-

El Santojanni tenía al frente una plaza con pinos, un mástil con la Bandera Argentina, y dos estatuas de bronce, una del General San Martín, y frente a ella, un Cóndor, que tenía cabeza como de pollo, siempre mirando al Libertador. A un costado, sobre Acassuso, en la mitad de cuadra, el taller mecánico de mi amigo Eduardo, que me “sacó la lengua” durante 10 años, porque le descubrí un Angioma sublingual, que nunca se lo dejó operar, entonces me lo mostraba siempre, para seguir la evolución.- Ganaba mucha plata, porque los médicos tenían coches bastante nuevos, pero Eduardo siempre les encontraba algo…Cuando yo empecé en el Santojanni, en la misma esquina, había dos comercios que fueron famosos : uno era una Empresa de Pompas Fúnebres, y al lado, una antigua Vinería que se llamaba “La Santojanni”. Ese barrio era un fenómeno.- El director, Dr.Scattini, un día me dijo: gordo, fijate bien cuando las visitas les traen las gaseosas a los enfermos. Si ves botellas de Coca Cola grandes, sacudilas, porque si no producen espuma, son de vino tinto de La Santojanni! ¡Ese Director resultó brujo! Y a los tuberculosos los conocía mejor que yo…

Se internaban muchos Bolivianos, y el interrogatorio era dificultoso, ya que en su mayoría hablaban Kechua ó Maimará. Por eso teníamos que utilizar a otros como intérpretes.- Casi todos ellos eran mineros, ó trabajaban abriendo caminos en Socompa y otros lugares de la Cordillera. Adquirían fibrosis pulmonares por aspiración crónica de polvo (neumoconiosis, silicosis) que eran progresivas, y según contaban ellos, y era verdad, se tuberculizaban cuando cruzaban a territorio argentino “para vivir mejor”!!

En el servicio de Oncología, atendíamos Araujo y yo, con la enfermera Ana María, que era cordobesa, de la localidad de Unquillo.- Además concurrían otros colegas, tales como el Dr. Luis Balbiani, José Tessler, y Juan Carlos Cervellino, todos los cuales fueron muy conocidos en nuestro medio.-

Una mañana tuve que atender a una señora muy agradable, de apellido Lovagnini, y un tiempo después conocí a los dos hijos, uno de los cuales era comerciante, y el otro Policía y Abogado, y se desempeñaba como Jefe de la zona de Junín.- Me gustaba charlar con él, ya que en confianza me comentaba cosas inéditas sobre el tema de la subversión. La madre evolucionaba muy bien, y le seguí haciendo los controles mucho tiempo, inclusive cuando pasé al Hospital de Oncología en 1977.-

Otro día, la enfermera Ana María me hizo pasar a una paciente de primera vez, que era oriunda de la provincia de Tucumán. Al ver la historia clínica, me entero que la señora se llamaba María Santucho, y que quería continuar su tratamiento en la capital.- Charlamos un rato, la examiné, y se me ocurrió preguntarle “qué se sentía al llamarse Santucho”. La señora me miró sin inmutarse, y me contestó: “lo único que se puede sentir, doctor, un enorme orgullo”.- Sucedía que ella era la madre de Santucho, el hombre más buscado por ser el principal jefe de la subversión en la Argentina. Por eso digo que la Providencia nos dá, a los médicos, la oportunidad de conocer a toda la sociedad, y poder escuchar todas las versiones de los temas más cardinales, lo que es nuestro inmenso privilegio! –

En el servicio de Oncología, los amigos del área de Mantenimiento, me habían instalado pequeños parlantes en la sala de espera, que permitían emitir música funcional, y con Araujo teníamos sendos grabadores estereofónicos de cinta abierta, con muchísimas horas de grabación, que era nuestro otro “hobby”, así los que esperaban lo hacían en un ambiente muy agradable.- Estos mismos amigos, utilizando materiales diversos, me fabricaron un pizarrón hermoso, pintado con esmalte Pizarra de color verde, que utilicé durante años, hasta que cerraron el Hospital para su remodelación, y entonces, como era mío, me lo traje a mi casa, y aquí lo tengo desde hace 25 años, con la satisfacción que en él, ahora dibujan y escriben mis nietos.- El día que me lo traje a casa, no pude menos que escribirle algo a ese ser que parece inanimado y que me acompañó tan profundamente hasta ahora.

VERSOS PARA MI PIZARRON DE ONCOLOGIA Julio C.Tagle-03-02-1977-

Antiguo pizarrón conglomerado
que con verde matiz fuiste esperanza
cuando en tu cara mostrabas la semblanza
de algún tema inquietante y ya estudiado.

Cuando en el frente, por tizas borroneado,
multicolores polvos exhibías
mostrando, siempre erguido y sin fatigas
Quién sabe cuántos dibujos delirados.-

Desde el somero plano de mi casa,
hasta el nucleico confín de Cromatina
vos tuviste Tritiada Timidina,
O los secretos de Inversa Transcriptasa.-

También tuviste de flores, el dibujo,
ó de escritores sus célebres palabras
E interminables fórmulas copiadas,
O algún refrán afín que nos sedujo…

Te llevaré conmigo adonde vaya
Porque Tú eres, tan sucio y arrogante
La esencia de mi alma de Estudiante
¡Y del sinfín del Saber, el Atalaya!

NOTA: la “timidina tritiada” es una sustancia utilizada en la investigación de citología .y la Transcriptasa Inversa, es una enzima cuyo descubridor mereció el Premio Nobel de aquella época.-


JOTACET- 06- noviembre- 09-

miércoles, 28 de octubre de 2009

RECUERDOS DE LA CROTOXINA



Estaba transcurriendo el mes de Julio del año 1986.- El día 8 de Julio, exactamente, se presentaron tres médicos jóvenes en un programa televisivo de escaso nivel, que se denominaba “La Noticia Rebelde”, y que pretendía ser humorístico.- Los tres médicos en cuestión, manifestaron que estaban utilizando, dirigidos por un Investigador Mayor de C.O.N.I.C.E.T., un medicamento descubierto por aquél, y que curaba ciertos tipos de Cáncer en humanos, voluntarios, que se extraía del veneno de la víbora de cascabel.- Luego, concurrieron al programa que tenía Bernardo Neustadt, y volvieron a repetir semejante noticia.-

Mi pobre corazón dio un vuelco, ya que conocía a los tres jóvenes.- Se trataba de los Dres. Luis Costa, cirujano de guardia de mi hospital; Carlos Coni Molina, encargado de 5 camas de mi sala. El tercero era un barbudo médico venezolano, concurrente a la sala, que pasaba la mañana haciendo bromas y escuchando “Salsa” con un aparatito con audífono.-El único que era oncólogo y muy buen médico era Coni Molina, pero los otros dos, como decimos nosotros,”nada que ver”.-

A tal punto habían mantenido el secreto, que en el Hospital nadie sabía nada, y todos nos enteramos por los medios informativos.- Además, nadie podía entender que Luis Costa ó el venezolano Hernández Plata, estuvieran en un emprendimiento de investigación, ya que nunca habían participado antes, cuando tuvieron todas las oportunidades. Tampoco se comprendía la actitud de Coni Molina, que era instructor de residentes, pero en el conjunto era el único que podía despertar nuestra credibilidad.

A pesar de todo, sentí alegría por tratarse de jóvenes médicos conocidos, detrás de los que había un investigador importante.- Luego nos enteramos que ya estaban tratando a muchos pacientes con aquél “complejo enzimático”proveniente del veneno de la serpiente de cascabel (Crotalus Durissus Terríficus), que llamaban Crotoxina, y que se envasaba en dos misteriosos frasquitos que llevaban los números 1 y 2.-

El presunto medicamento se entregaba a los pacientes de una lista, que debían concurrir, ellos ó sus familiares, a un edificio ubicado en la calle Serrano, en Palermo, que pertenecía al Instituto de Neurobiología de C.O.N.I.C.E.T., dirigido por un conocido investigador, el Dr. Juan Carlos Tramezzani.- Producido el desorden imaginable, había avalanchas de público que no figuraba en la mencionada lista, y que pugnaba por acceder a tan “milagroso” medicamento. Ante tales hechos, el Dr. Tramezzani suspendió la entrega de “Crotoxina 1 y 2”, lo que provocó la indignación de la muchedumbre. Este fenómeno ocupaba todos los espacios gráficos, radiales y televisivos.-

En Julio de 1986, el Dr. Conrado Storani era Ministro de Salud del Poder Ejecutivo de la Nación, y efectuó la inmediata consulta a sus asesores, con resultado negativo, ya que se trataba de un producto de origen animal, del cual no había registros previos.- Con los Toxicólogos sucedía otro tanto, ya que entraba en juego una Toxina de veneno ofídico, que se obtenía naturalmente, y de la que se carecía del análisis cuanti y cualitativo de todos sus componentes.

Lo único que manifestaba la contraparte, es que se obtenían resultados inesperados en muchos pacientes neoplásicos.- Solamente entregaron, como única documentación científica, una publicación de muchas páginas que resultó ser una Tesis de Doctorado de una profesional bioquímica, de apellido Canciani.- El mencionado grupo, integrado por el Investigador Juan Carlos Vidal y los tres médicos jóvenes nombrados antes, habían tomado esa Tesis de Doctorado, le habían puesto una introducción, luego habían agregado unas microfotografías supuestamente realizadas por ellos, y a continuación habían agregado una especie de Normas para la realización de un estudio randomizado, y controlado, con 2 grupos de pacientes, A y B con todos los detalles terapéuticos y de evaluación y control de los resultados.-

El Señor Ministro de Salud, resolvió convocar una Comisión de Oncólogos de prestigio, que debía estudiar todo el tema y elevar las conclusiones a ese Ministerio.- Tuve el honor de integrar esa Comisión con otros 11 colegas entre los cuales estaban los Dres. Roberto Estévez y Abel Canónico, pioneros de la Oncología Argentina, y muchos otros viejos conocidos de la especialidad (en total éramos 12).- En la primera reunión en la Sala de Situación, nos entregaron un ejemplar a cada uno, de la tesis mencionada con sus otros agregados, pidiéndonos que la analizáramos debidamente.- Así mismo nos entregaron un listado de 83 pacientes, que integraban la lista oficial de los que debían continuar recibiendo ese compuesto, a quienes deberíamos evaluar por tandas, en el primer piso del Hospital Rivadavia, por el acceso de la avenida Las Heras y Austria.-

El material que nos habían entregado, era de contenido muy difícil de interpretar para los médicos, así que me hice asesorar por dos bioquímicos de mi mayor confianza, y así pude saber de qué se trataba todo el texto.- A los pocos días nos comunicaron que las microfotografías habían sido “plagiadas” de un libro de la Universidad de Denver, Colorado (U.S.A.). También nos confirmaron que se trataba de la Tesis de Doctorado, de una Doctora de apellido Canciani, es decir, que se trataba de un Documento Privado de esa Profesional, utilizado por otros inescrupulosamente.- Se le habían agregado elementos Standard de cualquier protocolo de investigación.-

También nos notificaron que todo lo actuado por ese grupo, no había seguido los pasos ni las sucesivas Fases de investigación, y se estaba experimentando en seres Humanos de manera totalmente irresponsable, violando las leyes vigentes en la República.-

Pero, a pesar de todo lo dicho, que es estrictamente lo que sucedió, en el medio de todas estas calamidades, se encontraban nada menos que los enfermos de Cáncer y sus familias, y toda la opinión pública reflejada en los medios de difusión. Y ya se efectuaban marchas los días jueves, alrededor de la Plaza de Mayo, con los enfermos pálidos y con alopecia, muchos en sillas de ruedas, acompañados por la compasión y el apoyo incondicional de las Madres de Plaza de Mayo.- La histórica Plaza se llenaba de pancartas que decían “Crotoxina Esperanza de Vida”, que era el slogan de una organización recientemente creada, que sin fines de lucro no escatimaba esfuerzos a favor de este fenómeno tan mal parido desde el inicio…

En ese momento, un periódico semanal de mucho prestigio, “El Informador Público”, dirigido por el famoso periodista Iglesias Rouco, explicaba el fenómeno Crotoxina, y daba todos los pormenores al respecto.-Tenía una columnista, la señora Marta Gavensky, que en cada número escribía importantes artículos denostando a los oncólogos, e inclusive me tocó también a mí, ya que creian que estábamos en contra de los enfermos.-Esa señora era portadora de esta enfermedad, y recibía Crotoxina hasta que el Dr. Tramezzani suspendió la entrega, y entonces se transformó en adalid de las víctimas, y expresaba su versión periodísticamente. Describía detalladamente lo que denominaba “La antesala de la Muerte”, refiriéndose a las salas de espera de los servicios de admisión, ó de terapia radiante, ó de quimioterapia, y contaba que había recorrido el Instituto Roffo y el Hospital de Oncología, desde que se enteró que tenía una neoplasia mamaria.- No se decidía a realizar el tratamiento ortodoxo, imaginando un sinfín de penurias, hasta que supo lo de la Crotoxina-panacea, y se entregó de cuerpo y alma a esa nueva aventura.-

Lo que Marta Gavensky ignoraba, es que su enfermedad estaba en un Estadío Inicial, y tenía todas las probabilidades de curación con el tratamiento Standard, pero la orientaron mal, y recurrió a lo incierto.

Así las cosas, el Ministerio, es decir, el Poder Ejecutivo, decidió llevar adelante los estudios, como dije antes, y comenzamos a citar y evaluar a los pacientes del listado.-

Si uno prestaba atención a los dichos y comentarios de la gente, resultaba que muchísimos mejoraban su apetito, el estado general, disminuían ó desaparecían derrames pleurales ó peritoneales, y algunos pacientes que estaban recluídos en sus camas desde hacía tiempo, habían comenzado a levantarse para leer los diarios, ó sentarse a la mesa para comer con su familia… y otros habían vuelto a escuchar música! La gente manifestaba una especie de euforia colectiva, al punto que algunos colegas decían que los frasquitos debían contener corticosteroides! Yo me opuse terminantemente a esa loca suposición, ya que la “euforia” de los esteroides dura muy poco, y además comienzan a manifestarse edemas y otros elementos iatrogénicos, lo que no coincidía con los casos presentes. Tal vez podía tratarse de cierto efecto “placebo”, pero lo dudo.

El verdadero inconveniente de la evaluación, es que se debe considerar la desaparición de lesiones medibles, ó la evidente disminución de tamaño de las mismas, y nosotros no podíamos comparar estudios comparables, ya que nos mostraban Radiografías simples, y el control posterior con ecografías, ó con centellogramas, y alguna tomografía computada de dudosa calidad. Por lo tanto, no podíamos sacar conclusiones valederas.- La euforia, el aumento del apetito, la sensación de bienestar, al no ser medibles, no sirven. La presencia de mayor ó menor cantidad de líquido en las cavidades, tampoco es utilizable.- Así que aunque se esté en presencia de un paciente que está mucho mejor, la medida de la remisión de enfermedad a veces es imposible.-

La evaluación debía hacerse, en los dos grupos de enfermos, durante 90 y 180 días respectivamente, y además no se podían repetir estudios complejos porque los recursos eran insuficientes, tanto los de los pacientes como los del Estado.-

Por otra parte, hubo 20 personas que citamos varias veces y nunca los pudimos evaluar. Es decir, que vimos a 63 de los 83 que figuraban en la lista.-

Cuando habían transcurrido 62 ( sesenta y dos) días desde el comienzo de nuestra tarea, el señor Ministro la dio por concluída, y comunicó por todos los medios, mediante la Resolución 47/86, que quedaba prohibida la aplicación, producción y distribución en todo el territorio de la Nación, del complejo enzimático denominado Crotoxina A y B.- Así mismo decía que esto se resolvía de acuerdo con el Informe Final de la Comisión de Oncólogos.- Abajo decía Firmado: y figuraban los nombres y apellidos de los 12, el mío era el tercero, debajo de R.Estévez y de R. Chacón, y luego los otros nueve miembros.- Es de hacer notar que no se mostraba ninguna firma, sino simplemente los nombres.-

Ese día, yo supe todo esto a las 06.00 horas, telefónicamente, por un llamado desde Radio Continental, del Periodista Rolando Hanglin, quien me preguntó si había leído los periódicos. Al hacerlo, me enteré que yo “había firmado” semejante informe! –

Los pacientes quedaron privados de aquello que creían era su última esperanza-Por entonces yo había tomado estado público, por atender amablemente a todas las personas que me consultaban, y me llovían los llamados de gente que me pedía que viera a su familiar, y le dijera qué se podía hacer. Fui a casi todas las direcciones solicitadas, y pude comprobar el deterioro paulatino de muchas personas, lo que me permitió ver la relación causa-efecto del mismo.-

Una paciente, la señora Amanda Odriozola de Arias, había sido sometida a una Histerectomía 5 años antes, por un mioma (tumor benigno). A los 5 años, comenzó con molestias y consultó a su ginecólogo, Dr. Juliáa, quien al examinarla tactó algo dudoso, y le indicó una tomografía computada de abdomen y pelvis, que mostraba una masa sólida donde antes había tenido el útero. La exploró quirúrgicamente, y, ante la irresecabilidad del tumor, (imposibilidad de extirpación), resolvió efectuar una biopsia amplia y enviar el material al anatomopatólogo. Resultó ser un Sarcoma Fusocelular de Pelvis. Es decir, un nuevo tumor, inextirpable. Le indicó terapia radiante, sin resultado, ó más bien, con leve aumento del tamaño.- Entonces le indicó lo que cualquier otro especialista hubiera hecho, es decir, Quimioterapia.- La paciente le preguntó qué opinaba del tratamiento nuevo con Crotoxina, a lo que el Dr. Juliáa le respondió que si hacía otra cosa que no fuera Quimioterapia, no volviera más a su consultorio.

La paciente desobedeció, se contactó con el grupo en cuestión, iniciando las aplicaciones de Crotoxina.- Poco tiempo después, al notar la mejoría y desaparición de los síntomas previos, decidió volver a la consulta con su ginecólogo.- Al verlo, le dijo que había desobedecido sus indicaciones, pero que le pedía por favor, que la examinara.- El Dr. Juliáa, que era su médico desde hacía mucho, la examinó y comprobó que no se tactaba la masa anteriormente comentada. De inmediato la llevó con su automóvil, al Centro de Imágenes, donde realizaron una nueva T.A.C.- Cuál no sería la sorpresa al ver que la pelvis estaba libre, y solamente se apreciaba un ligerísimo engrosamiento de la pared lateral de la vejiga, atribuíble a las aplicaciones de radioterapia recibidas.- Este caso lo evaluamos en el Rivadavia, y así como para unos era indudable éxito, para otros se dudaba de la histología, ó se atribuía a los rayos, y algún colega creyó ver el sarcoma, pero se trataba de la tomografía preoperatoria de la histerectomía, y lo que señalaba era en realidad el útero , que le habían extraído 5 años antes.-

Otro paciente, Oscar Navarrete, de Avellaneda, era portador de un cáncer del pulmón derecho, indiferenciado de pequeñas células.- Estaba muy mal, y por distintas causas realizó tratamiento con Crotoxina, luego de unas pocas aplicaciones de Cobalto, por decisión propia. Tenía 63 años de edad y era jubilado de SEGBA.- En forma casi inmediata se comenzó a sentir mejor, a respirar bien, y dos días antes que lo evaluáramos en la Comisión, había concurrido a una especie de Club de jubilados de esa Empresa, y había estado nadando sin parar y sin inconvenientes, muy largo rato, y con muchos testigos.- Al revisarlo lo encontré muy bien, y le pedí como cosa mía, que viniera a la clínica de Lavalle 1686 donde era Coordinador, y le tomé una Radiografía de Tórax, que resultó Normal.- Con mi automóvil lo llevé al Roffo, y le hicimos una T.A.C., confirmando la desaparición de las imágenes previas. Luego, en la Comisión se dijo que había sido por las 6 aplicaciones de cobalto recibidas el año anterior.- Me enojé con mis distinguidos colegas, y les dije que si con 6 aplicaciones de Cobalto se pudiera curar un cáncer de pulmón, yo no me hubiera pasado la vida confeccionando certificados de defunción para tantos pacientes, que habían recibido esa terapia en dosis totales.- Les recuerdo que, en aquella Comisión de Oncólogos Notables, el único especialista en Tórax era yo…Pero todos los días tenía que escuchar opiniones de algunos que realmente se comportaban como discapacitados, aunque no lo eran, pero parece que querían acomodar algunos resultados vaya a saber por qué! El señor Oscar Navarrete siguió muy bien hasta Febrero de 1987, en que falleció de muerte súbita.- Como era un domingo por la mañana, y el óbito se produjo en una clínica particular, sin cámara frigorífica, a pesar de los esfuerzos no se pudo realizar la autopsia que tal vez hubiera demostrado la verdad.

Otra paciente evaluada era la señora Inés Segade de Contarino, portadora de un cáncer de páncreas, comprobado en una laparotomía realizada en noviembre de 1985 por el Dr. Silvio Sajonia, en el hospital de Oncología. Cuando la evalué en agosto de 1986, el tumor era enorme, como de 20 por 20 centímetros.- Completamos la historia, y yo le dí un beso y me despedí hasta la próxima vez.- Pasó el tiempo, prohibieron la Crotoxina, y en marzo de 1987 vino a verme Coni Molina y me pidió que lo acompañara hasta Wilde para ver juntos a una enferma.- Cuando llegamos, con sorpresa ví que se trataba de Inés Contarino, quien ágilmente se desplazaba por la casa, y había preparado un postre para invitarnos. La llevé casi en el aire hasta el dormitorio, se acostó sobre la cama y la examinamos.- La tumoración abdominal ya no se palpaba.-Entonces me mostraron la T.A.C. realizada el día anterior, donde el tumor estaba “ausente sin aviso”, y solo se apreciaban pequeñas secuelas quirúrgicas anteriores. Inés seguía sana, 7 años después!-

Pero ya era tarde, y la suerte del caso Crotoxina estaba echada, igual que la de la mayoría de los pacientes.- Entre las personas que se conmovieron por este tema, hubo una señora que tenía una hermana empleada en el Registro Nacional de las Personas, que me hizo un obsequio insólito: se trataba de la copia de las partidas de defunción , y en esa larga lista figuraban los 20 pacientes que nunca pudimos evaluar.- Todos habían fallecido antes de que nos convocaran para estudiar la Crotoxina.- ¿Por qué?- Seguramente algún travieso engañó al Ministro haciendo una lista incorrecta.- Tal vez el Ministro no fue muy cauto.- Pero también cabe la posibilidad que las autoridades nacionales, preocupadas por otros temas, tal vez económicos, hayan hecho todo a la criolla, como nos sucede desde el siglo XVI, y en ese desorden, el tema de la Salud se les escapó de las manos!-

Cerca de fin de año (1986), se produjo un Juicio contra el Estado.- Había una señora portadora de un tumor maligno abdómino pelviano, que, agotada la cirugía y las terapias habituales, había recibido Crotoxina durante un tiempo. Parece ser que había mejorado, pero ante la Resolución 47/86, tuvo que interrumpir el tratamiento.- La hija, abogada, presentó un recurso de amparo mediante el cual el fallo ordenaba la provisión de ese compuesto a la referida persona.- El Ministerio no cumplió dicho fallo, y la hija promovió un juicio contra el M. de Salud Pública- El Juez actuante, Dr.Oscar Garzón Funes, decidió citar en testimoniales a toda la Comisión de Oncólogos.- Para el primer día me citó a mí, y 48 horas después, a todos los demás.- Me presenté en el Juzgado, y estuve prestando declaración durante 5 horas y media.-Hablé de todos los 63 pacientes estudiados, sus diagnósticos, la ubicación de las lesiones, y algunas características especiales. Además del Juez, había tres abogados del Ministerio de Salud, que habían presentado un listado de preguntas cada uno.


El Juez leyó la primera pregunta del primer abogado, y la calificó de “improcedente”.-Decía que yo explicara porqué, me había emocionado al mencionar a una mujer muy bonita, sin haber mostrado ninguna emoción antes, cuando me había referido a todos los otros pacientes. Solicité que se me permitiera contestarla, a pesar de ser Improcedente. El Juzgado me autorizó, y respondí que se trataba de una persona de sexo femenino, que no pertenecía al listado, que era hermosa, tenía 14 años de edad y podía ser mi hija. Tenía un cáncer de riñón con metástasis múltiples, y yo la había examinado en su casa a pedido de sus padres. Expliqué que durante mi declaración mi ánimo se quebrantó y necesité 2 minutos para recomponerme, porque ese mismo día, antes de salir de mi domicilio, me había llamado el padre de la criatura para agradecerme, comunicándome que durante la noche “habíamos perdido a la pequeña María Elena”.- También agregué que esa niña no había sido para mí “un caso”, ni un número de expediente ni de historia clínica, ni de D.N.I., sino una pobre adolescente muy enferma, que al verme había dicho : ¡qué suerte, este es el Dr. bueno que ví en la Televisión!.-Dirigiéndome al autor de la pregunta, le dije que si él me acompañara en esa tarea, como era muy joven, tal vez necesitaría unas horas para reponerse.-

Luego, cuando el Juez le pidió la segunda pregunta, aquél joven abogado respondió: no hay más preguntas (retirando el listado).-

El segundo abogado representante del Ministerio de Salud, de apellido Pierri según recuerdo, era de mayor edad que el anterior, y presentó un listado de unas 8 preguntas. La primera decía que cómo podía ser que, de 12 oncólogos todos prestigiosos, 11 vieran la cosa de una manera, y sólo uno la viera de modo diferente.- El Juez, Dr.Garzón Funes, también la calificó de improcedente, es decir que yo podía no contestarla, a pesar de lo cual pedí hacerlo.- Una vez que se me autorizó, le dije al autor de la misma : “Usted suponga que en la guerra un joven oficial vé morir junto a él a cinco soldados, que le piden que los salve, pero fallecen. El joven oficial deberá informar las cinco bajas… En la Capital, un oficial Superior reportará 5 bajas… Pero Ud. Cree que los dos oficiales interpretarán el caso de igual manera, uno en la propia trinchera y otro con fríos papeles?.- Cuando se le pidió que continuara, el segundo abogado dijo: no hay más preguntas, retirando su listado.-

Detrás de mí se encontraba una dama, abogada del Servicio de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Salud, que era la Doctora Fourcade, a quien el Sr. Juez le propuso hacer sus preguntas, a lo que la Profesional contestó : no hay más preguntas…Entonces el Dr. Garzón Funes invitó a esos tres abogados del demandado, a pasar a un salón contiguo, donde se les iba a entregar todo el material correspondiente a los actuados.- Luego el Sr. Juez me saludó muy amablemente, mencionando mis comentarios sobre los pacientes, que coincidían con los datos que obraban en poder de la Justicia. También me saludó otro Juez presente, el Dr. Obarrio, y otro de Lomas de Zamora cuyo nombre no recuerdo.-


Yo había concurrido sólo con mis documentos de identidad, y todos los comentarios los había hecho basado exclusivamente en mi memoria, ya que había evaluado a todos los pacientes, y más de una vez.- Inclusive, muchas de las Historias estaban manuscritas y firmadas por mí.- Cuando me estaba retirando, se acercó la Secretaria de ese Juzgado, Doctora Cristina Lareo, y se ofreció a acompañarme hasta la salida, ya que el camino era algo complicado. En ese momento, me hizo saber que era la hija del Dr. Carlos Lareo, un excelente cirujano, amigo con el que habíamos cursado juntos la especialización en Administración Hospitalaria, y me hizo llegar sus conceptuosos saludos. Al pasar por el recinto contiguo, se encontraban los tres profesionales representantes del Ministerio de Salud, a quienes saludé muy respetuosamente. El primero, que era el más joven, me estrechó la mano calurosamente, haciéndome sentir muy bien. Luego se acercó el segundo, Dr. Pierri según creo, y me dijo que él tenía toda esa tarde para “responder” a mis largas declaraciones, lo cual le iba a resultar una difícil tarea, saludándome efusiva y sinceramente. Cuando estuve frente a la Dra. Fourcade, se limitó a darme un beso en la mejilla, y dijo “que Dios lo bendiga, Doctor”… Todo aquello fue exactamente lo que sucedió esa mañana, y que por supuesto me hizo saltar las lágrimas, igual que ahora, mientras lo estoy escribiendo.- Estos momentos son los que a Uno lo reconcilian con toda la Sociedad…!- Yo no sé si estos sucesos son comunes y frecuentes, pero pasaron tal cual los narro, y además me sucedieron así, y constituyeron una de las cosas más importantes de mi vida.- Simplemente por ser Médico y actuar de buena Fé.-

Dos días después concurrieron al mismo Juzgado los otros 11 componentes de la Comisión de Oncólogos.- Luego vino el Fallo correspondiente, a través del cual supimos que mis declaraciones coincidían con los sucesos conocidos por la Justicia, desde el número de pacientes examinados (63), hasta los demás actuados. En el caso de mis colegas, algunos no habían coincidido entre sí sobre el número de pacientes, y algunos mencionaban la cantidad de 83, que no era real, debido a los 20 que nunca vimos, etcétera.- Lo cierto es que se manifestó una disparidad de criterios, que no satisfacía a la Justicia.- El Fallo lo leímos todos juntos en la sala de situación del Ministerio, e inmediatamente originó el “desagrado” de mis colegas. A tal punto, que por primera vez en mi vida, quedé enemistado con el que había sido mi Maestro, Dr. Roberto Estévez.-

Nuestra enemistad, simplemente por no coincidir, se mantuvo durante 10 años, hasta que intervino un caballero, amigo común, que realizó la gestión para nuestro re-encuentro, que se produjo al día siguiente, en que, como dos personas inteligentes que además se quieren, nos dimos el correspondiente abrazo, y allí se terminó el mal trago, de 10 años de duración. Pese a lo relatado, no hace mucho falleció aquél hombre de bien, maestro excepcional, a quien todos los oncólogos le debemos nuestra formación.- Pero, como corresponde a empecinados médicos, él murió con sus convicciones, y yo quedé con mis dudas, que son tan saludables.-

Todos los sucesos de 1986, que además incluían opiniones totalmente inapropiadas de colegas míos, que habían leído algunos artículos tendenciosos en diarios oficialistas, pero que no entendían nada de mi especialidad, sumados a algunos que, habiendo integrado la comisión, comenzaban a dar “conferencias” en algunos hospitales, supuestamente aclaratorias, me afectaron realmente. Es el caso, por ejemplo, del Dr.Diego L. Perazo, que en una de esas reuniones en el Hospital de Clínicas, hizo una narración “sui-géneris”, comentando a su manera los acontecimientos, y dijo que todos estábamos de acuerdo, pero, al final,” Uno se nos dio vuelta” (SIC).- Tal vez, individuos como Perazo, intentaban confundir a la audiencia, al creer que disentir por haber evaluado bien todos los casos, era “darse vuelta”, cuando mi conducta había sido la más coherente y ética.- Además habían aceptado en forma sumisa la interrupción de las investigaciones a los 62 días de comenzar, en lugar de los 90 y 180 que se habían estipulado.- Individuos como éste, habían actuado Corporativamente, en vez de hacerlo honestamente. Ellos se habían “dado vuelta”, dando la espalda a la gente, sin pensar que algún día podían ser ellos mismos los protagonistas de semejante drama.

Y tanto me afectó la conducta de mis Distinguidos Colegas, que durante el transcurso del mes de Enero de 1987, sufrí un infarto de miocardio que por suerte no tuvo complicaciones, mientras estaba descansando en una casa que tengo en la Costa Atlántica. También supe que, cuando hay Stress con otros factores de riesgo como en mi caso, son peligrosas las emociones, tanto las desagradables como las agradables.- Y digo esto porque, el día antes del infarto, estando solo con mi esposa en la casa de afuera, se produjo un corte de energía eléctrica a las 22 horas del 17 de enero de 1987.- Encendimos velas, y puse a funcionar una pequeña radio a transistores, minutos antes de cenar.- Entonces sintonicé un programa que era de nuestro agrado : se llamaba Una Noche con Amigos, y su conductor era un tipazo, el señor Lionel Godoy. Comenzado el programa, el conductor comenta que ese día unos pacientes le habían entregado un ejemplar de nota que habían elevado a las autoridades nacionales. Sucedía que les habían comunicado que se iba a constituir un grupo de estudio por distintos especialistas, para reconsiderar el caso Crotoxina, en respuesta a los reclamos de ellos. En la nota, que luego pude tener en mis manos, los firmantes decían que solamente aceptarían tal Comisión, si en ella estaba el Dr.Julio César Tagle, que les merecía (a los pacientes) la más absoluta confianza. Y esa fue la primera emoción agradable.- El señor Lionel Godoy dijo que ese mediodía se había hecho presente en el Congreso de la Nación, donde estaban los señores diputados discutiendo “El Divorcio Vincular”, en extraordinarias. Dijo Godoy que había conversado con la señora Diputada, Dra Doña Florentina Gómez Miranda, del bloque de la U.C.R., y reprodujo el cassette, que en una parte la Dra. Gómez Miranda decía, con respecto a la Crotoxina y la nota de los enfermos, que ella había seguido el tema con mucha atención, y creía que “el Dr.Tagle era un profesional serio y muy ético”y a eso se debía la solicitud de los pacientes. Esa fue la segunda emoción agradable y muy fuerte.-Luego, el señor Lionel Godoy reprodujo la grabación de otro pequeño reportaje que luego del anterior, le había hecho a un Diputado del Bloque Justicialista, cuyo nombre lamentablemente no recuerdo, el cual, al mencionar este tema , dijo que él ejercía la Medicina desde hacía muchos años, en la localidad de Moreno, Prov. de B. Aires, y que opinaba que el Dr.Tagle era un hombre que había actuado correctamente, y que tal vez, en evaluaciones futuras iban a modificar ciertas cosas, y la modalidad iba a ser “antes de Tagle, y después de Tagle”.-Al escuchar semejantes cosas, a oscuras, junto a mi esposa, me puse a llorar deliberadamente, porque dos personas desconocidas y sin el menor interés, y nada menos que representantes del Pueblo Argentino, me hacían la Justicia que me habían negado mis ex – amigos y colegas.-Y esa fue la tercera alegría que, evidentemente, superó mi cupo de adrenalina.-(¡Gracias, Lionel Godoy! Esa fue, realmente, “Una Noche con Amigos”).-

JOTACET- 28-OCTUBRE- 09