Estaba transcurriendo el mes de Julio del año 1986.- El día 8 de Julio, exactamente, se presentaron tres médicos jóvenes en un programa televisivo de escaso nivel, que se denominaba “La Noticia Rebelde”, y que pretendía ser humorístico.- Los tres médicos en cuestión, manifestaron que estaban utilizando, dirigidos por un Investigador Mayor de C.O.N.I.C.E.T., un medicamento descubierto por aquél, y que curaba ciertos tipos de Cáncer en humanos, voluntarios, que se extraía del veneno de la víbora de cascabel.- Luego, concurrieron al programa que tenía Bernardo Neustadt, y volvieron a repetir semejante noticia.-
Mi pobre corazón dio un vuelco, ya que conocía a los tres jóvenes.- Se trataba de los Dres. Luis Costa, cirujano de guardia de mi hospital; Carlos Coni Molina, encargado de 5 camas de mi sala. El tercero era un barbudo médico venezolano, concurrente a la sala, que pasaba la mañana haciendo bromas y escuchando “Salsa” con un aparatito con audífono.-El único que era oncólogo y muy buen médico era Coni Molina, pero los otros dos, como decimos nosotros,”nada que ver”.-
A tal punto habían mantenido el secreto, que en el Hospital nadie sabía nada, y todos nos enteramos por los medios informativos.- Además, nadie podía entender que Luis Costa ó el venezolano Hernández Plata, estuvieran en un emprendimiento de investigación, ya que nunca habían participado antes, cuando tuvieron todas las oportunidades. Tampoco se comprendía la actitud de Coni Molina, que era instructor de residentes, pero en el conjunto era el único que podía despertar nuestra credibilidad.
A pesar de todo, sentí alegría por tratarse de jóvenes médicos conocidos, detrás de los que había un investigador importante.- Luego nos enteramos que ya estaban tratando a muchos pacientes con aquél “complejo enzimático”proveniente del veneno de la serpiente de cascabel (Crotalus Durissus Terríficus), que llamaban Crotoxina, y que se envasaba en dos misteriosos frasquitos que llevaban los números 1 y 2.-
El presunto medicamento se entregaba a los pacientes de una lista, que debían concurrir, ellos ó sus familiares, a un edificio ubicado en la calle Serrano, en Palermo, que pertenecía al Instituto de Neurobiología de C.O.N.I.C.E.T., dirigido por un conocido investigador, el Dr. Juan Carlos Tramezzani.- Producido el desorden imaginable, había avalanchas de público que no figuraba en la mencionada lista, y que pugnaba por acceder a tan “milagroso” medicamento. Ante tales hechos, el Dr. Tramezzani suspendió la entrega de “Crotoxina 1 y 2”, lo que provocó la indignación de la muchedumbre. Este fenómeno ocupaba todos los espacios gráficos, radiales y televisivos.-
En Julio de 1986, el Dr. Conrado Storani era Ministro de Salud del Poder Ejecutivo de la Nación, y efectuó la inmediata consulta a sus asesores, con resultado negativo, ya que se trataba de un producto de origen animal, del cual no había registros previos.- Con los Toxicólogos sucedía otro tanto, ya que entraba en juego una Toxina de veneno ofídico, que se obtenía naturalmente, y de la que se carecía del análisis cuanti y cualitativo de todos sus componentes.
Lo único que manifestaba la contraparte, es que se obtenían resultados inesperados en muchos pacientes neoplásicos.- Solamente entregaron, como única documentación científica, una publicación de muchas páginas que resultó ser una Tesis de Doctorado de una profesional bioquímica, de apellido Canciani.- El mencionado grupo, integrado por el Investigador Juan Carlos Vidal y los tres médicos jóvenes nombrados antes, habían tomado esa Tesis de Doctorado, le habían puesto una introducción, luego habían agregado unas microfotografías supuestamente realizadas por ellos, y a continuación habían agregado una especie de Normas para la realización de un estudio randomizado, y controlado, con 2 grupos de pacientes, A y B con todos los detalles terapéuticos y de evaluación y control de los resultados.-
El Señor Ministro de Salud, resolvió convocar una Comisión de Oncólogos de prestigio, que debía estudiar todo el tema y elevar las conclusiones a ese Ministerio.- Tuve el honor de integrar esa Comisión con otros 11 colegas entre los cuales estaban los Dres. Roberto Estévez y Abel Canónico, pioneros de la Oncología Argentina, y muchos otros viejos conocidos de la especialidad (en total éramos 12).- En la primera reunión en la Sala de Situación, nos entregaron un ejemplar a cada uno, de la tesis mencionada con sus otros agregados, pidiéndonos que la analizáramos debidamente.- Así mismo nos entregaron un listado de 83 pacientes, que integraban la lista oficial de los que debían continuar recibiendo ese compuesto, a quienes deberíamos evaluar por tandas, en el primer piso del Hospital Rivadavia, por el acceso de la avenida Las Heras y Austria.-
El material que nos habían entregado, era de contenido muy difícil de interpretar para los médicos, así que me hice asesorar por dos bioquímicos de mi mayor confianza, y así pude saber de qué se trataba todo el texto.- A los pocos días nos comunicaron que las microfotografías habían sido “plagiadas” de un libro de la Universidad de Denver, Colorado (U.S.A.). También nos confirmaron que se trataba de la Tesis de Doctorado, de una Doctora de apellido Canciani, es decir, que se trataba de un Documento Privado de esa Profesional, utilizado por otros inescrupulosamente.- Se le habían agregado elementos Standard de cualquier protocolo de investigación.-
También nos notificaron que todo lo actuado por ese grupo, no había seguido los pasos ni las sucesivas Fases de investigación, y se estaba experimentando en seres Humanos de manera totalmente irresponsable, violando las leyes vigentes en la República.-
Pero, a pesar de todo lo dicho, que es estrictamente lo que sucedió, en el medio de todas estas calamidades, se encontraban nada menos que los enfermos de Cáncer y sus familias, y toda la opinión pública reflejada en los medios de difusión. Y ya se efectuaban marchas los días jueves, alrededor de la Plaza de Mayo, con los enfermos pálidos y con alopecia, muchos en sillas de ruedas, acompañados por la compasión y el apoyo incondicional de las Madres de Plaza de Mayo.- La histórica Plaza se llenaba de pancartas que decían “Crotoxina Esperanza de Vida”, que era el slogan de una organización recientemente creada, que sin fines de lucro no escatimaba esfuerzos a favor de este fenómeno tan mal parido desde el inicio…
En ese momento, un periódico semanal de mucho prestigio, “El Informador Público”, dirigido por el famoso periodista Iglesias Rouco, explicaba el fenómeno Crotoxina, y daba todos los pormenores al respecto.-Tenía una columnista, la señora Marta Gavensky, que en cada número escribía importantes artículos denostando a los oncólogos, e inclusive me tocó también a mí, ya que creian que estábamos en contra de los enfermos.-Esa señora era portadora de esta enfermedad, y recibía Crotoxina hasta que el Dr. Tramezzani suspendió la entrega, y entonces se transformó en adalid de las víctimas, y expresaba su versión periodísticamente. Describía detalladamente lo que denominaba “La antesala de la Muerte”, refiriéndose a las salas de espera de los servicios de admisión, ó de terapia radiante, ó de quimioterapia, y contaba que había recorrido el Instituto Roffo y el Hospital de Oncología, desde que se enteró que tenía una neoplasia mamaria.- No se decidía a realizar el tratamiento ortodoxo, imaginando un sinfín de penurias, hasta que supo lo de la Crotoxina-panacea, y se entregó de cuerpo y alma a esa nueva aventura.-
Lo que Marta Gavensky ignoraba, es que su enfermedad estaba en un Estadío Inicial, y tenía todas las probabilidades de curación con el tratamiento Standard, pero la orientaron mal, y recurrió a lo incierto.
Así las cosas, el Ministerio, es decir, el Poder Ejecutivo, decidió llevar adelante los estudios, como dije antes, y comenzamos a citar y evaluar a los pacientes del listado.-
Si uno prestaba atención a los dichos y comentarios de la gente, resultaba que muchísimos mejoraban su apetito, el estado general, disminuían ó desaparecían derrames pleurales ó peritoneales, y algunos pacientes que estaban recluídos en sus camas desde hacía tiempo, habían comenzado a levantarse para leer los diarios, ó sentarse a la mesa para comer con su familia… y otros habían vuelto a escuchar música! La gente manifestaba una especie de euforia colectiva, al punto que algunos colegas decían que los frasquitos debían contener corticosteroides! Yo me opuse terminantemente a esa loca suposición, ya que la “euforia” de los esteroides dura muy poco, y además comienzan a manifestarse edemas y otros elementos iatrogénicos, lo que no coincidía con los casos presentes. Tal vez podía tratarse de cierto efecto “placebo”, pero lo dudo.
El verdadero inconveniente de la evaluación, es que se debe considerar la desaparición de lesiones medibles, ó la evidente disminución de tamaño de las mismas, y nosotros no podíamos comparar estudios comparables, ya que nos mostraban Radiografías simples, y el control posterior con ecografías, ó con centellogramas, y alguna tomografía computada de dudosa calidad. Por lo tanto, no podíamos sacar conclusiones valederas.- La euforia, el aumento del apetito, la sensación de bienestar, al no ser medibles, no sirven. La presencia de mayor ó menor cantidad de líquido en las cavidades, tampoco es utilizable.- Así que aunque se esté en presencia de un paciente que está mucho mejor, la medida de la remisión de enfermedad a veces es imposible.-
La evaluación debía hacerse, en los dos grupos de enfermos, durante 90 y 180 días respectivamente, y además no se podían repetir estudios complejos porque los recursos eran insuficientes, tanto los de los pacientes como los del Estado.-
Por otra parte, hubo 20 personas que citamos varias veces y nunca los pudimos evaluar. Es decir, que vimos a 63 de los 83 que figuraban en la lista.-
Cuando habían transcurrido 62 ( sesenta y dos) días desde el comienzo de nuestra tarea, el señor Ministro la dio por concluída, y comunicó por todos los medios, mediante la Resolución 47/86, que quedaba prohibida la aplicación, producción y distribución en todo el territorio de la Nación, del complejo enzimático denominado Crotoxina A y B.- Así mismo decía que esto se resolvía de acuerdo con el Informe Final de la Comisión de Oncólogos.- Abajo decía Firmado: y figuraban los nombres y apellidos de los 12, el mío era el tercero, debajo de R.Estévez y de R. Chacón, y luego los otros nueve miembros.- Es de hacer notar que no se mostraba ninguna firma, sino simplemente los nombres.-
Ese día, yo supe todo esto a las 06.00 horas, telefónicamente, por un llamado desde Radio Continental, del Periodista Rolando Hanglin, quien me preguntó si había leído los periódicos. Al hacerlo, me enteré que yo “había firmado” semejante informe! –
Los pacientes quedaron privados de aquello que creían era su última esperanza-Por entonces yo había tomado estado público, por atender amablemente a todas las personas que me consultaban, y me llovían los llamados de gente que me pedía que viera a su familiar, y le dijera qué se podía hacer. Fui a casi todas las direcciones solicitadas, y pude comprobar el deterioro paulatino de muchas personas, lo que me permitió ver la relación causa-efecto del mismo.-
Una paciente, la señora Amanda Odriozola de Arias, había sido sometida a una Histerectomía 5 años antes, por un mioma (tumor benigno). A los 5 años, comenzó con molestias y consultó a su ginecólogo, Dr. Juliáa, quien al examinarla tactó algo dudoso, y le indicó una tomografía computada de abdomen y pelvis, que mostraba una masa sólida donde antes había tenido el útero. La exploró quirúrgicamente, y, ante la irresecabilidad del tumor, (imposibilidad de extirpación), resolvió efectuar una biopsia amplia y enviar el material al anatomopatólogo. Resultó ser un Sarcoma Fusocelular de Pelvis. Es decir, un nuevo tumor, inextirpable. Le indicó terapia radiante, sin resultado, ó más bien, con leve aumento del tamaño.- Entonces le indicó lo que cualquier otro especialista hubiera hecho, es decir, Quimioterapia.- La paciente le preguntó qué opinaba del tratamiento nuevo con Crotoxina, a lo que el Dr. Juliáa le respondió que si hacía otra cosa que no fuera Quimioterapia, no volviera más a su consultorio.
La paciente desobedeció, se contactó con el grupo en cuestión, iniciando las aplicaciones de Crotoxina.- Poco tiempo después, al notar la mejoría y desaparición de los síntomas previos, decidió volver a la consulta con su ginecólogo.- Al verlo, le dijo que había desobedecido sus indicaciones, pero que le pedía por favor, que la examinara.- El Dr. Juliáa, que era su médico desde hacía mucho, la examinó y comprobó que no se tactaba la masa anteriormente comentada. De inmediato la llevó con su automóvil, al Centro de Imágenes, donde realizaron una nueva T.A.C.- Cuál no sería la sorpresa al ver que la pelvis estaba libre, y solamente se apreciaba un ligerísimo engrosamiento de la pared lateral de la vejiga, atribuíble a las aplicaciones de radioterapia recibidas.- Este caso lo evaluamos en el Rivadavia, y así como para unos era indudable éxito, para otros se dudaba de la histología, ó se atribuía a los rayos, y algún colega creyó ver el sarcoma, pero se trataba de la tomografía preoperatoria de la histerectomía, y lo que señalaba era en realidad el útero , que le habían extraído 5 años antes.-
Otro paciente, Oscar Navarrete, de Avellaneda, era portador de un cáncer del pulmón derecho, indiferenciado de pequeñas células.- Estaba muy mal, y por distintas causas realizó tratamiento con Crotoxina, luego de unas pocas aplicaciones de Cobalto, por decisión propia. Tenía 63 años de edad y era jubilado de SEGBA.- En forma casi inmediata se comenzó a sentir mejor, a respirar bien, y dos días antes que lo evaluáramos en la Comisión, había concurrido a una especie de Club de jubilados de esa Empresa, y había estado nadando sin parar y sin inconvenientes, muy largo rato, y con muchos testigos.- Al revisarlo lo encontré muy bien, y le pedí como cosa mía, que viniera a la clínica de Lavalle 1686 donde era Coordinador, y le tomé una Radiografía de Tórax, que resultó Normal.- Con mi automóvil lo llevé al Roffo, y le hicimos una T.A.C., confirmando la desaparición de las imágenes previas. Luego, en la Comisión se dijo que había sido por las 6 aplicaciones de cobalto recibidas el año anterior.- Me enojé con mis distinguidos colegas, y les dije que si con 6 aplicaciones de Cobalto se pudiera curar un cáncer de pulmón, yo no me hubiera pasado la vida confeccionando certificados de defunción para tantos pacientes, que habían recibido esa terapia en dosis totales.- Les recuerdo que, en aquella Comisión de Oncólogos Notables, el único especialista en Tórax era yo…Pero todos los días tenía que escuchar opiniones de algunos que realmente se comportaban como discapacitados, aunque no lo eran, pero parece que querían acomodar algunos resultados vaya a saber por qué! El señor Oscar Navarrete siguió muy bien hasta Febrero de 1987, en que falleció de muerte súbita.- Como era un domingo por la mañana, y el óbito se produjo en una clínica particular, sin cámara frigorífica, a pesar de los esfuerzos no se pudo realizar la autopsia que tal vez hubiera demostrado la verdad.
Otra paciente evaluada era la señora Inés Segade de Contarino, portadora de un cáncer de páncreas, comprobado en una laparotomía realizada en noviembre de 1985 por el Dr. Silvio Sajonia, en el hospital de Oncología. Cuando la evalué en agosto de 1986, el tumor era enorme, como de 20 por 20 centímetros.- Completamos la historia, y yo le dí un beso y me despedí hasta la próxima vez.- Pasó el tiempo, prohibieron la Crotoxina, y en marzo de 1987 vino a verme Coni Molina y me pidió que lo acompañara hasta Wilde para ver juntos a una enferma.- Cuando llegamos, con sorpresa ví que se trataba de Inés Contarino, quien ágilmente se desplazaba por la casa, y había preparado un postre para invitarnos. La llevé casi en el aire hasta el dormitorio, se acostó sobre la cama y la examinamos.- La tumoración abdominal ya no se palpaba.-Entonces me mostraron la T.A.C. realizada el día anterior, donde el tumor estaba “ausente sin aviso”, y solo se apreciaban pequeñas secuelas quirúrgicas anteriores. Inés seguía sana, 7 años después!-
Pero ya era tarde, y la suerte del caso Crotoxina estaba echada, igual que la de la mayoría de los pacientes.- Entre las personas que se conmovieron por este tema, hubo una señora que tenía una hermana empleada en el Registro Nacional de las Personas, que me hizo un obsequio insólito: se trataba de la copia de las partidas de defunción , y en esa larga lista figuraban los 20 pacientes que nunca pudimos evaluar.- Todos habían fallecido antes de que nos convocaran para estudiar la Crotoxina.- ¿Por qué?- Seguramente algún travieso engañó al Ministro haciendo una lista incorrecta.- Tal vez el Ministro no fue muy cauto.- Pero también cabe la posibilidad que las autoridades nacionales, preocupadas por otros temas, tal vez económicos, hayan hecho todo a la criolla, como nos sucede desde el siglo XVI, y en ese desorden, el tema de la Salud se les escapó de las manos!-
Cerca de fin de año (1986), se produjo un Juicio contra el Estado.- Había una señora portadora de un tumor maligno abdómino pelviano, que, agotada la cirugía y las terapias habituales, había recibido Crotoxina durante un tiempo. Parece ser que había mejorado, pero ante la Resolución 47/86, tuvo que interrumpir el tratamiento.- La hija, abogada, presentó un recurso de amparo mediante el cual el fallo ordenaba la provisión de ese compuesto a la referida persona.- El Ministerio no cumplió dicho fallo, y la hija promovió un juicio contra el M. de Salud Pública- El Juez actuante, Dr.Oscar Garzón Funes, decidió citar en testimoniales a toda la Comisión de Oncólogos.- Para el primer día me citó a mí, y 48 horas después, a todos los demás.- Me presenté en el Juzgado, y estuve prestando declaración durante 5 horas y media.-Hablé de todos los 63 pacientes estudiados, sus diagnósticos, la ubicación de las lesiones, y algunas características especiales. Además del Juez, había tres abogados del Ministerio de Salud, que habían presentado un listado de preguntas cada uno.
El Juez leyó la primera pregunta del primer abogado, y la calificó de “improcedente”.-Decía que yo explicara porqué, me había emocionado al mencionar a una mujer muy bonita, sin haber mostrado ninguna emoción antes, cuando me había referido a todos los otros pacientes. Solicité que se me permitiera contestarla, a pesar de ser Improcedente. El Juzgado me autorizó, y respondí que se trataba de una persona de sexo femenino, que no pertenecía al listado, que era hermosa, tenía 14 años de edad y podía ser mi hija. Tenía un cáncer de riñón con metástasis múltiples, y yo la había examinado en su casa a pedido de sus padres. Expliqué que durante mi declaración mi ánimo se quebrantó y necesité 2 minutos para recomponerme, porque ese mismo día, antes de salir de mi domicilio, me había llamado el padre de la criatura para agradecerme, comunicándome que durante la noche “habíamos perdido a la pequeña María Elena”.- También agregué que esa niña no había sido para mí “un caso”, ni un número de expediente ni de historia clínica, ni de D.N.I., sino una pobre adolescente muy enferma, que al verme había dicho : ¡qué suerte, este es el Dr. bueno que ví en la Televisión!.-Dirigiéndome al autor de la pregunta, le dije que si él me acompañara en esa tarea, como era muy joven, tal vez necesitaría unas horas para reponerse.-
Luego, cuando el Juez le pidió la segunda pregunta, aquél joven abogado respondió: no hay más preguntas (retirando el listado).-
El segundo abogado representante del Ministerio de Salud, de apellido Pierri según recuerdo, era de mayor edad que el anterior, y presentó un listado de unas 8 preguntas. La primera decía que cómo podía ser que, de 12 oncólogos todos prestigiosos, 11 vieran la cosa de una manera, y sólo uno la viera de modo diferente.- El Juez, Dr.Garzón Funes, también la calificó de improcedente, es decir que yo podía no contestarla, a pesar de lo cual pedí hacerlo.- Una vez que se me autorizó, le dije al autor de la misma : “Usted suponga que en la guerra un joven oficial vé morir junto a él a cinco soldados, que le piden que los salve, pero fallecen. El joven oficial deberá informar las cinco bajas… En la Capital, un oficial Superior reportará 5 bajas… Pero Ud. Cree que los dos oficiales interpretarán el caso de igual manera, uno en la propia trinchera y otro con fríos papeles?.- Cuando se le pidió que continuara, el segundo abogado dijo: no hay más preguntas, retirando su listado.-
Detrás de mí se encontraba una dama, abogada del Servicio de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Salud, que era la Doctora Fourcade, a quien el Sr. Juez le propuso hacer sus preguntas, a lo que la Profesional contestó : no hay más preguntas…Entonces el Dr. Garzón Funes invitó a esos tres abogados del demandado, a pasar a un salón contiguo, donde se les iba a entregar todo el material correspondiente a los actuados.- Luego el Sr. Juez me saludó muy amablemente, mencionando mis comentarios sobre los pacientes, que coincidían con los datos que obraban en poder de la Justicia. También me saludó otro Juez presente, el Dr. Obarrio, y otro de Lomas de Zamora cuyo nombre no recuerdo.-
Yo había concurrido sólo con mis documentos de identidad, y todos los comentarios los había hecho basado exclusivamente en mi memoria, ya que había evaluado a todos los pacientes, y más de una vez.- Inclusive, muchas de las Historias estaban manuscritas y firmadas por mí.- Cuando me estaba retirando, se acercó la Secretaria de ese Juzgado, Doctora Cristina Lareo, y se ofreció a acompañarme hasta la salida, ya que el camino era algo complicado. En ese momento, me hizo saber que era la hija del Dr. Carlos Lareo, un excelente cirujano, amigo con el que habíamos cursado juntos la especialización en Administración Hospitalaria, y me hizo llegar sus conceptuosos saludos. Al pasar por el recinto contiguo, se encontraban los tres profesionales representantes del Ministerio de Salud, a quienes saludé muy respetuosamente. El primero, que era el más joven, me estrechó la mano calurosamente, haciéndome sentir muy bien. Luego se acercó el segundo, Dr. Pierri según creo, y me dijo que él tenía toda esa tarde para “responder” a mis largas declaraciones, lo cual le iba a resultar una difícil tarea, saludándome efusiva y sinceramente. Cuando estuve frente a la Dra. Fourcade, se limitó a darme un beso en la mejilla, y dijo “que Dios lo bendiga, Doctor”… Todo aquello fue exactamente lo que sucedió esa mañana, y que por supuesto me hizo saltar las lágrimas, igual que ahora, mientras lo estoy escribiendo.- Estos momentos son los que a Uno lo reconcilian con toda la Sociedad…!- Yo no sé si estos sucesos son comunes y frecuentes, pero pasaron tal cual los narro, y además me sucedieron así, y constituyeron una de las cosas más importantes de mi vida.- Simplemente por ser Médico y actuar de buena Fé.-
Dos días después concurrieron al mismo Juzgado los otros 11 componentes de la Comisión de Oncólogos.- Luego vino el Fallo correspondiente, a través del cual supimos que mis declaraciones coincidían con los sucesos conocidos por la Justicia, desde el número de pacientes examinados (63), hasta los demás actuados. En el caso de mis colegas, algunos no habían coincidido entre sí sobre el número de pacientes, y algunos mencionaban la cantidad de 83, que no era real, debido a los 20 que nunca vimos, etcétera.- Lo cierto es que se manifestó una disparidad de criterios, que no satisfacía a la Justicia.- El Fallo lo leímos todos juntos en la sala de situación del Ministerio, e inmediatamente originó el “desagrado” de mis colegas. A tal punto, que por primera vez en mi vida, quedé enemistado con el que había sido mi Maestro, Dr. Roberto Estévez.-
Nuestra enemistad, simplemente por no coincidir, se mantuvo durante 10 años, hasta que intervino un caballero, amigo común, que realizó la gestión para nuestro re-encuentro, que se produjo al día siguiente, en que, como dos personas inteligentes que además se quieren, nos dimos el correspondiente abrazo, y allí se terminó el mal trago, de 10 años de duración. Pese a lo relatado, no hace mucho falleció aquél hombre de bien, maestro excepcional, a quien todos los oncólogos le debemos nuestra formación.- Pero, como corresponde a empecinados médicos, él murió con sus convicciones, y yo quedé con mis dudas, que son tan saludables.-
Todos los sucesos de 1986, que además incluían opiniones totalmente inapropiadas de colegas míos, que habían leído algunos artículos tendenciosos en diarios oficialistas, pero que no entendían nada de mi especialidad, sumados a algunos que, habiendo integrado la comisión, comenzaban a dar “conferencias” en algunos hospitales, supuestamente aclaratorias, me afectaron realmente. Es el caso, por ejemplo, del Dr.Diego L. Perazo, que en una de esas reuniones en el Hospital de Clínicas, hizo una narración “sui-géneris”, comentando a su manera los acontecimientos, y dijo que todos estábamos de acuerdo, pero, al final,” Uno se nos dio vuelta” (SIC).- Tal vez, individuos como Perazo, intentaban confundir a la audiencia, al creer que disentir por haber evaluado bien todos los casos, era “darse vuelta”, cuando mi conducta había sido la más coherente y ética.- Además habían aceptado en forma sumisa la interrupción de las investigaciones a los 62 días de comenzar, en lugar de los 90 y 180 que se habían estipulado.- Individuos como éste, habían actuado Corporativamente, en vez de hacerlo honestamente. Ellos se habían “dado vuelta”, dando la espalda a la gente, sin pensar que algún día podían ser ellos mismos los protagonistas de semejante drama.
Y tanto me afectó la conducta de mis Distinguidos Colegas, que durante el transcurso del mes de Enero de 1987, sufrí un infarto de miocardio que por suerte no tuvo complicaciones, mientras estaba descansando en una casa que tengo en la Costa Atlántica. También supe que, cuando hay Stress con otros factores de riesgo como en mi caso, son peligrosas las emociones, tanto las desagradables como las agradables.- Y digo esto porque, el día antes del infarto, estando solo con mi esposa en la casa de afuera, se produjo un corte de energía eléctrica a las 22 horas del 17 de enero de 1987.- Encendimos velas, y puse a funcionar una pequeña radio a transistores, minutos antes de cenar.- Entonces sintonicé un programa que era de nuestro agrado : se llamaba Una Noche con Amigos, y su conductor era un tipazo, el señor Lionel Godoy. Comenzado el programa, el conductor comenta que ese día unos pacientes le habían entregado un ejemplar de nota que habían elevado a las autoridades nacionales. Sucedía que les habían comunicado que se iba a constituir un grupo de estudio por distintos especialistas, para reconsiderar el caso Crotoxina, en respuesta a los reclamos de ellos. En la nota, que luego pude tener en mis manos, los firmantes decían que solamente aceptarían tal Comisión, si en ella estaba el Dr.Julio César Tagle, que les merecía (a los pacientes) la más absoluta confianza. Y esa fue la primera emoción agradable.- El señor Lionel Godoy dijo que ese mediodía se había hecho presente en el Congreso de la Nación, donde estaban los señores diputados discutiendo “El Divorcio Vincular”, en extraordinarias. Dijo Godoy que había conversado con la señora Diputada, Dra Doña Florentina Gómez Miranda, del bloque de la U.C.R., y reprodujo el cassette, que en una parte la Dra. Gómez Miranda decía, con respecto a la Crotoxina y la nota de los enfermos, que ella había seguido el tema con mucha atención, y creía que “el Dr.Tagle era un profesional serio y muy ético”y a eso se debía la solicitud de los pacientes. Esa fue la segunda emoción agradable y muy fuerte.-Luego, el señor Lionel Godoy reprodujo la grabación de otro pequeño reportaje que luego del anterior, le había hecho a un Diputado del Bloque Justicialista, cuyo nombre lamentablemente no recuerdo, el cual, al mencionar este tema , dijo que él ejercía la Medicina desde hacía muchos años, en la localidad de Moreno, Prov. de B. Aires, y que opinaba que el Dr.Tagle era un hombre que había actuado correctamente, y que tal vez, en evaluaciones futuras iban a modificar ciertas cosas, y la modalidad iba a ser “antes de Tagle, y después de Tagle”.-Al escuchar semejantes cosas, a oscuras, junto a mi esposa, me puse a llorar deliberadamente, porque dos personas desconocidas y sin el menor interés, y nada menos que representantes del Pueblo Argentino, me hacían la Justicia que me habían negado mis ex – amigos y colegas.-Y esa fue la tercera alegría que, evidentemente, superó mi cupo de adrenalina.-(¡Gracias, Lionel Godoy! Esa fue, realmente, “Una Noche con Amigos”).-
JOTACET- 28-OCTUBRE- 09