A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires: La juzgo tan eterna como el agua ó el aire.- Jorge Luis Borges.-**
En esta Ciudad, existe un espíritu Nuevo, por su naturaleza Cosmopolita, donde se funden diferentes herencias culturales.- El tango es su expresión más acabada, en la que resuenan los ecos de lejanas Patrias perdidas, de lenguas olvidadas y del comienzo de una expresión Propia, con una Identidad de pueblo joven…- Es la Ciudad Porteña con sabor a tango y arrabal, mezcla de mil colores, mil estilos, que representan una Argentina abierta y natural, que ofrece su Cultura y su paisaje, su música, su palabra y sus canciones, su agudo Ingenio y su natural Seducción.-Es un placer para los sentidos, que además ofrece a todos, las garantías y los Derechos de su Constitución Nacional, “para todos los hombres del Mundo que quieran habitar este suelo”.- Esto fué adivinado ó comprendido por todos los extranjeros, ó algún amigo ó pariente que nos había visitado, y como en otros países se daban situaciones muy difíciles, fuimos objetivo de la aventura de buscar aquí, la posibilidad de labrar un verdadero Futuro, y entonces se produjo el inusitado fenómeno de una inmigración masiva.- La base de nuestra población Porteña, estaba constituída por españoles, pero a fines del siglo XIX y principios del XXº, se fué acoplando en enormes tandas, la gente de todos los demás países del mundo, que fueron haciendo la saludable mezcla, crisol de razas, de la que pasamos a formar parte.-
En abril de 1897, la empresa de un tal Carlos Bright, inauguró el primer Tramway eléctrico de la ciudad de Buenos Aires.- Era un pequeño ramal instalado en la calle Las Heras, entre las de Cavia y los Portones de Palermo.-Ese mismo año, la empresa La Capital, inauguraba la primera sección eléctrica de la Línea 43, desde la Plaza de San José de Flores hasta la calle Entre Ríos, que, años después se amplió en su recorrido hasta el barrio de La Boca.- Cuentan que los vecinos, horrorizados, pronosticaban accidentes, y decían que si se soltaba algún cable, alguien iba a morir electrocutado.- Muchos años después, yo mismo me cansé de viajar en el histórico 43, sin que hubiera sucedido nada de lo temido.- El primer Tramway 43 era de dos pisos, y llevaba al frente dos banderas: una Argentina y una Británica.- Esto que parece tan sencillo, significó nada menos que el adiós al tranvía de Caballos, con el histórico Postillón que marchaba cincuenta metros adelante, haciendo sonar su Cornetín para anunciar la proximidad del vehículo.- ¡Qué lindo hubiera sido ser testigo de estos acontecimientos, y ver a la gente quejándose de los ruídos molestos del Progreso!!-(Extraído del relato “Café de Camareras” de Enrique Cadícamo-Año 1.973).-
En mi infancia, la gente estaba representada por argentinos, españoles, italianos, árabes sirios, libaneses, cristianos, islámicos, sefaradíes (judios) del sefarad, españa, el fin del mundo, judios de Esmirna (Turquía), polacos, rusos, ucranianos, alemanes comunes ó también volgadeutsch, portugueses, japoneses, ingleses, irlandeses, negros descendientes de africanos, ó de las portuguesas islas de Cabo Verde ; en fin, la lista sería infinita.- Para mi modo de ver, la mezcla más linda se producía en los grandes inquilinatos, aquellos complejos habitacionales (cuyo motivo fue la Esperanza que todos traían), y que nosotros llamábamos cariñosamente “conventillos”, y que no tenían nada que envidiarle al mismísimo barrio de Triana, cuna Flamenca del Cante.- En esas viviendas, yo diría que la gente se mezclaba en forma ideal.- Salvo raras excepciones, se respetaban unos a otros, eran muy solidarios, y, con el tiempo, se combinaban sus culturas produciendo una lógica comprensión que se iba trastocando en cariño é interdependencia con los prójimos.- Así se producía el lógico dolor ante la ausencia de algún inquilino, (a veces definitiva).-
Algunas cosas narradas hasta ahora, personajes, acontecimientos, mi casa, algunos vecinos, etc., quedaron plasmados en algo que escribí en 1976, que titulé Páez y Campana, y que decía así:
“Quiero volver a Páez y Campana, como en aquellos tiempos que, sin vento, aprendí a jugar a la billarda con el negro Cipriano, el del Convento.
Quiero encontrar a Pedro, el colorado, y al cine Imperio, del tiempo de Martín, y chamuyar de fútbol con Amado, hasta que el pelo se me vuelva
gris-. Quiero volver a ser pibe como entonces, y al dinenti jugar con las piedritas, y en el Colegio esperar que den las doce, con los bolsillos llenos
de bolitas. Quiero rasparme la frente con el tiento, en la cancha de polvo
de carbón, y ensuciarme de nuevo las rodillas, en Floresta, pegado a la Estación.
Quisiera ver al Ruso almacenero, del negocio “La Selva”, allá en Gaona, para pedirle perdón, después de muerto, por las pedradas y la vidriera Rota.-
Quiero volver a comprar esas Cretonas, y adornar aquel patio de mi Vieja pero no está, ya no lo tengo ahora, los hierros y el cemento no me dejan.-
Yo quiero tropezar en las baldosas, por las raíces del árbol desparejas mientras me observan los troncos de las rosas, y la Dama de Noche, entre las rejas.
Quiero volver a Páez y Campana, volver para escuchar chamuyos reos, Ruedas de carro, el pito de algún Cana, y las sabias palabras de mi Viejo!!
En las décadas del 30 y el 40, casi todas las calles de mi barrio eran empedradas, unas pocas asfaltadas, y quedaban algunas de tierra. Algunas avenidas, como Nazca, tenían dos carriles laterales empedrados, y en el centro había césped todo a lo largo, sobre el cual estaban las vías de los tranvías que iban desde Villa del Parque hasta Flores, como el 83, ó hasta Constitución, como el 84. El empedrado era algo desparejo.- Por todas las calles circulaban carros de todo porte y todo tipo, desde los más pequeños, de los fleteros, ó los de los mimbreros, que transportaban tantas cosas que parecían ocupar toda la calle, hasta las enormes chatas de carga, ó los carros medianos de los lecheros, que llevaban la leche en grandes tarros, pero también pasaban carros más modernos, de ruedas con neumáticos, que uno ya sabía que transportaban leche envasada (por ejemplo de La Vascongada ó La Martona).- Otros lecheros pasaban caminando por la calle, con varias vacas de arreo, y, en la puerta de los clientes, ordeñaban directamente en unos jarros de 1 litro, una leche muy espesa y con mucho sobrenadante cremoso.- También pasaban los carros prolijamente pintados de la Panificación Argentina. Con tanta tracción a sangre, el estiércol era muy abundante, y todos abonábamos los jardines y las macetas. Por el pavimento, no había mayor problema, ya que, 2 veces por día pasaban los barrenderos (musolinos), y, además, 3 veces por semana, pasaban unas barredoras de cepillos circulares, y otras muy grandes que arrojaban agua y lavaban las calles; además, en esta antigüedad, los vecinos ayudaban a mantener la higiene bastante bien. ¿Todo tiempo pasado fue mejor? -
-“Volverás al piano, mi hermanita vieja, y en las melodías, vivirán los días, claros del hogar…” “tornará el pianito, de la sala oscura, a sangrar la pura, ternura, del Vals”… -
Con respecto a las costumbres, digamos que lo que predominaba, en general, era tratar, en lo posible, de cuidar las formas mediante el saludo, el vocabulario ( gracias, por favor, después de usted, Señor, Señora, etc, etc.).- También se trataba de evitar espectáculos innecesarios. A lo sumo, algún tierno besito en la mejilla de la chica, estaba mostrando un amor profundo y de verdad, sin necesidad de ninguna payasada “for export”.- Evidentemente, todo ha cambiado, y los jovencitos piensan que, a Eros, hay que sacarlo a pasear seguido, y con la mayor ostentación posible. Esto me ha impulsado a describir a los adolescentes, en 4 estrofas :
LOS ADOLESCENTES
“El tiempo de los langas se ha sarpado, y ahora es el del aro con las mechas, y a la mina finoli se le ha dado, por los pibes con mugre en la cabeza.
Los pendex ya no van a los boliches, a madurar con reos de academia, pero se creen rantifusos, vivos, chupando una latita en la vedera.
Al primer feite, las pibas se los tranzan, en las paradas de la ochava de la yeca y ponen el jeteo de sufridas, luciendo jeans y, al sobaco, una carpeta… y si hay gente mayor, se franelean, porque la juventud se ha transformado, y de la CLASE fetén sólo ha quedado, la triste toqueteada en la “vidriera”.-
En aquel ambiente tan digno, de barrios sin maldad y sin violencia, uno iba creciendo y aprendiendo, a la par del Colegio, de la interminable sabiduría popular, y, porqué no, de aquella otra que emanaba de los Buenos Atorrantes, criados “a pura calle”, que trataban, a su modo, de “educar” a los pibes del barrio, en la enseñanza de la buena “viveza criolla”.- Si esto se cumplía en las dosis adecuadas, paralelas con la educación familiar, el resultado era una buena “maduración Porteña”…
Estos conceptos, aprendidos a lo largo de toda la vida, adornados con el ejercicio de la profesión médica durante más de cuarenta años, y sin dejar de lado ninguna enseñanza recibida, me impulsó a aconsejar a los posibles lectores, a consultar, ante algún dilema muy difícil, a la persona más adecuada, que muchas veces no resulta ser la más “leída”.-
Por esto, el día 3-12-98, me permití escribir este soneto titulado “El Consejo”
*Ya me sobran las canas esas grises, que me han puesto plateada la sabiola, Y así te muestro mi carnet de “piola”, ganado con profundas cicatrices…
Si me hablan del Muñiz, no me hago el sordo, Rawson ó Santojanni, y otros varios Como aquél otro del Parque Centenario ¡si en todos ellos laburé de tordo!
Y, cuando me amasija alguna duda, yo la resuelvo sin ponerme fulo: Parlo con atorrantes, no con legos: todo mi sentimiento es un murmullo,
Por eso te lo bato sin barullo, como hablan las miradas de los reos!!
Pobre Buenos Aires, ¡si te vieran Carlitos Gardel, ó Carlos de la Púa…!!
Y el mundo sigue andando, uno sigue caminando, los códigos correctos van desapareciendo, y mi gente se mira y se trata con desconfianza, y cada vez hay más ladrones y sinvergüenzas disfrazados de gente…
Y por eso algunos nos juntamos a escribir nuestras añoranzas del Buenos Aires que se fue. Confiemos en nuestra juventud inteligente, la que hará la verdadera revolución cultural, hasta que el hambre, la desocupación y la corrupción se vayan transformando en una mala anécdota.
JOTACET- 18- Agosto- 09-
En esta Ciudad, existe un espíritu Nuevo, por su naturaleza Cosmopolita, donde se funden diferentes herencias culturales.- El tango es su expresión más acabada, en la que resuenan los ecos de lejanas Patrias perdidas, de lenguas olvidadas y del comienzo de una expresión Propia, con una Identidad de pueblo joven…- Es la Ciudad Porteña con sabor a tango y arrabal, mezcla de mil colores, mil estilos, que representan una Argentina abierta y natural, que ofrece su Cultura y su paisaje, su música, su palabra y sus canciones, su agudo Ingenio y su natural Seducción.-Es un placer para los sentidos, que además ofrece a todos, las garantías y los Derechos de su Constitución Nacional, “para todos los hombres del Mundo que quieran habitar este suelo”.- Esto fué adivinado ó comprendido por todos los extranjeros, ó algún amigo ó pariente que nos había visitado, y como en otros países se daban situaciones muy difíciles, fuimos objetivo de la aventura de buscar aquí, la posibilidad de labrar un verdadero Futuro, y entonces se produjo el inusitado fenómeno de una inmigración masiva.- La base de nuestra población Porteña, estaba constituída por españoles, pero a fines del siglo XIX y principios del XXº, se fué acoplando en enormes tandas, la gente de todos los demás países del mundo, que fueron haciendo la saludable mezcla, crisol de razas, de la que pasamos a formar parte.-
En abril de 1897, la empresa de un tal Carlos Bright, inauguró el primer Tramway eléctrico de la ciudad de Buenos Aires.- Era un pequeño ramal instalado en la calle Las Heras, entre las de Cavia y los Portones de Palermo.-Ese mismo año, la empresa La Capital, inauguraba la primera sección eléctrica de la Línea 43, desde la Plaza de San José de Flores hasta la calle Entre Ríos, que, años después se amplió en su recorrido hasta el barrio de La Boca.- Cuentan que los vecinos, horrorizados, pronosticaban accidentes, y decían que si se soltaba algún cable, alguien iba a morir electrocutado.- Muchos años después, yo mismo me cansé de viajar en el histórico 43, sin que hubiera sucedido nada de lo temido.- El primer Tramway 43 era de dos pisos, y llevaba al frente dos banderas: una Argentina y una Británica.- Esto que parece tan sencillo, significó nada menos que el adiós al tranvía de Caballos, con el histórico Postillón que marchaba cincuenta metros adelante, haciendo sonar su Cornetín para anunciar la proximidad del vehículo.- ¡Qué lindo hubiera sido ser testigo de estos acontecimientos, y ver a la gente quejándose de los ruídos molestos del Progreso!!-(Extraído del relato “Café de Camareras” de Enrique Cadícamo-Año 1.973).-
En mi infancia, la gente estaba representada por argentinos, españoles, italianos, árabes sirios, libaneses, cristianos, islámicos, sefaradíes (judios) del sefarad, españa, el fin del mundo, judios de Esmirna (Turquía), polacos, rusos, ucranianos, alemanes comunes ó también volgadeutsch, portugueses, japoneses, ingleses, irlandeses, negros descendientes de africanos, ó de las portuguesas islas de Cabo Verde ; en fin, la lista sería infinita.- Para mi modo de ver, la mezcla más linda se producía en los grandes inquilinatos, aquellos complejos habitacionales (cuyo motivo fue la Esperanza que todos traían), y que nosotros llamábamos cariñosamente “conventillos”, y que no tenían nada que envidiarle al mismísimo barrio de Triana, cuna Flamenca del Cante.- En esas viviendas, yo diría que la gente se mezclaba en forma ideal.- Salvo raras excepciones, se respetaban unos a otros, eran muy solidarios, y, con el tiempo, se combinaban sus culturas produciendo una lógica comprensión que se iba trastocando en cariño é interdependencia con los prójimos.- Así se producía el lógico dolor ante la ausencia de algún inquilino, (a veces definitiva).-
Algunas cosas narradas hasta ahora, personajes, acontecimientos, mi casa, algunos vecinos, etc., quedaron plasmados en algo que escribí en 1976, que titulé Páez y Campana, y que decía así:
“Quiero volver a Páez y Campana, como en aquellos tiempos que, sin vento, aprendí a jugar a la billarda con el negro Cipriano, el del Convento.
Quiero encontrar a Pedro, el colorado, y al cine Imperio, del tiempo de Martín, y chamuyar de fútbol con Amado, hasta que el pelo se me vuelva
gris-. Quiero volver a ser pibe como entonces, y al dinenti jugar con las piedritas, y en el Colegio esperar que den las doce, con los bolsillos llenos
de bolitas. Quiero rasparme la frente con el tiento, en la cancha de polvo
de carbón, y ensuciarme de nuevo las rodillas, en Floresta, pegado a la Estación.
Quisiera ver al Ruso almacenero, del negocio “La Selva”, allá en Gaona, para pedirle perdón, después de muerto, por las pedradas y la vidriera Rota.-
Quiero volver a comprar esas Cretonas, y adornar aquel patio de mi Vieja pero no está, ya no lo tengo ahora, los hierros y el cemento no me dejan.-
Yo quiero tropezar en las baldosas, por las raíces del árbol desparejas mientras me observan los troncos de las rosas, y la Dama de Noche, entre las rejas.
Quiero volver a Páez y Campana, volver para escuchar chamuyos reos, Ruedas de carro, el pito de algún Cana, y las sabias palabras de mi Viejo!!
En las décadas del 30 y el 40, casi todas las calles de mi barrio eran empedradas, unas pocas asfaltadas, y quedaban algunas de tierra. Algunas avenidas, como Nazca, tenían dos carriles laterales empedrados, y en el centro había césped todo a lo largo, sobre el cual estaban las vías de los tranvías que iban desde Villa del Parque hasta Flores, como el 83, ó hasta Constitución, como el 84. El empedrado era algo desparejo.- Por todas las calles circulaban carros de todo porte y todo tipo, desde los más pequeños, de los fleteros, ó los de los mimbreros, que transportaban tantas cosas que parecían ocupar toda la calle, hasta las enormes chatas de carga, ó los carros medianos de los lecheros, que llevaban la leche en grandes tarros, pero también pasaban carros más modernos, de ruedas con neumáticos, que uno ya sabía que transportaban leche envasada (por ejemplo de La Vascongada ó La Martona).- Otros lecheros pasaban caminando por la calle, con varias vacas de arreo, y, en la puerta de los clientes, ordeñaban directamente en unos jarros de 1 litro, una leche muy espesa y con mucho sobrenadante cremoso.- También pasaban los carros prolijamente pintados de la Panificación Argentina. Con tanta tracción a sangre, el estiércol era muy abundante, y todos abonábamos los jardines y las macetas. Por el pavimento, no había mayor problema, ya que, 2 veces por día pasaban los barrenderos (musolinos), y, además, 3 veces por semana, pasaban unas barredoras de cepillos circulares, y otras muy grandes que arrojaban agua y lavaban las calles; además, en esta antigüedad, los vecinos ayudaban a mantener la higiene bastante bien. ¿Todo tiempo pasado fue mejor? -
-“Volverás al piano, mi hermanita vieja, y en las melodías, vivirán los días, claros del hogar…” “tornará el pianito, de la sala oscura, a sangrar la pura, ternura, del Vals”… -
Con respecto a las costumbres, digamos que lo que predominaba, en general, era tratar, en lo posible, de cuidar las formas mediante el saludo, el vocabulario ( gracias, por favor, después de usted, Señor, Señora, etc, etc.).- También se trataba de evitar espectáculos innecesarios. A lo sumo, algún tierno besito en la mejilla de la chica, estaba mostrando un amor profundo y de verdad, sin necesidad de ninguna payasada “for export”.- Evidentemente, todo ha cambiado, y los jovencitos piensan que, a Eros, hay que sacarlo a pasear seguido, y con la mayor ostentación posible. Esto me ha impulsado a describir a los adolescentes, en 4 estrofas :
LOS ADOLESCENTES
“El tiempo de los langas se ha sarpado, y ahora es el del aro con las mechas, y a la mina finoli se le ha dado, por los pibes con mugre en la cabeza.
Los pendex ya no van a los boliches, a madurar con reos de academia, pero se creen rantifusos, vivos, chupando una latita en la vedera.
Al primer feite, las pibas se los tranzan, en las paradas de la ochava de la yeca y ponen el jeteo de sufridas, luciendo jeans y, al sobaco, una carpeta… y si hay gente mayor, se franelean, porque la juventud se ha transformado, y de la CLASE fetén sólo ha quedado, la triste toqueteada en la “vidriera”.-
En aquel ambiente tan digno, de barrios sin maldad y sin violencia, uno iba creciendo y aprendiendo, a la par del Colegio, de la interminable sabiduría popular, y, porqué no, de aquella otra que emanaba de los Buenos Atorrantes, criados “a pura calle”, que trataban, a su modo, de “educar” a los pibes del barrio, en la enseñanza de la buena “viveza criolla”.- Si esto se cumplía en las dosis adecuadas, paralelas con la educación familiar, el resultado era una buena “maduración Porteña”…
Estos conceptos, aprendidos a lo largo de toda la vida, adornados con el ejercicio de la profesión médica durante más de cuarenta años, y sin dejar de lado ninguna enseñanza recibida, me impulsó a aconsejar a los posibles lectores, a consultar, ante algún dilema muy difícil, a la persona más adecuada, que muchas veces no resulta ser la más “leída”.-
Por esto, el día 3-12-98, me permití escribir este soneto titulado “El Consejo”
*Ya me sobran las canas esas grises, que me han puesto plateada la sabiola, Y así te muestro mi carnet de “piola”, ganado con profundas cicatrices…
Si me hablan del Muñiz, no me hago el sordo, Rawson ó Santojanni, y otros varios Como aquél otro del Parque Centenario ¡si en todos ellos laburé de tordo!
Y, cuando me amasija alguna duda, yo la resuelvo sin ponerme fulo: Parlo con atorrantes, no con legos: todo mi sentimiento es un murmullo,
Por eso te lo bato sin barullo, como hablan las miradas de los reos!!
Pobre Buenos Aires, ¡si te vieran Carlitos Gardel, ó Carlos de la Púa…!!
Y el mundo sigue andando, uno sigue caminando, los códigos correctos van desapareciendo, y mi gente se mira y se trata con desconfianza, y cada vez hay más ladrones y sinvergüenzas disfrazados de gente…
Y por eso algunos nos juntamos a escribir nuestras añoranzas del Buenos Aires que se fue. Confiemos en nuestra juventud inteligente, la que hará la verdadera revolución cultural, hasta que el hambre, la desocupación y la corrupción se vayan transformando en una mala anécdota.
JOTACET- 18- Agosto- 09-
mi querido doctor,poeta,narrador,anecdotista,historiador y chamuyero.cuanto se aprende leyendote.
ResponderEliminaryo a pesar de ser un pendex al lado de un jovie como vos te aseguro que recuerdo esos tranvias,el carro de la panificacion,los repartidores de leche,el hielero,el escobero,el organito,el barquillero,el "hay elasttico y cinta ....,nunca entyendi parecia decir hilera"al turco con sus valijas vendiendo pilchas a credito,la pucha que lindo haberlo vivido para poderlo contar.eso y muchas cosas mas ,como los camiones repletos de hinchas de futbol gritando sus colores,por ahi pasaban por donde yo naci, avda cobo entre senillosa y doblas,ahi en la plazita del pasaje buteller,a 5 cuadritas no mas del viejo y glorioso gasometro avda de la plata 1702 donde con mi viejo iba a babucha a ver a mi san lorenzo querido.en fin.muchas cosas siempre me recuerdan tus escritos.
un abrazo y perdoname por haberme excedido.
Mi querido Jotita, nunca me cansaré de leerte y de aprender de tus experiencias en narraciones tan atractivas, repletas de historias reales de ese Buenos Aires que amo y que conocí desde muy pequeña cuando viajábanos con mi padre (tuerca) en un coche que a mí se me antojaba veloz, pero tardábamos tanto en llegar... Disfruté de algunas cosas que mencionas, como los tranvías que me maravillaban, el zoo y las recorridas por ese Buenos Aires de antaño que mucho se suele añorar, las famosas calesitas y el parque de diversiones donde me sentía
ResponderEliminar"Alicia en el país de las maravillas"...
Caminito... con su paisaje multicolor, el organito con su alegre y nostálgica musiquita y el infaltable loro que jamás olvidaré!!!
Gracias mi tordo querido por dedicarme estas bellas historias, me llenó de emoción, de esa que arranca lágrimas y hace latir acelerado el corazón. Se agolparon en mi mente tantos recuerdos de mi infancia, de mis tíos queridos que ya no están, pero viven en mi corazón por siempre... de alguna picardía junto a mi prima, como tocar el timbre de un vecino y escondernos, hasta la inevitable queja y la penitencia que duró toda una larga tarde...
Te quiero mucho, inigualable tordo, eres capaz de lograr que mi alma vuele hasta aquellos momentos felices e inolvidables que nunca volverán, pero están en mí y los puedo acariciar...
Te envío besos en el tranvía de esos recuersos que recorre calles empedradas y los deja prendido a las madreselvas de tu aljibe.
AZUL
-QUERIDO GUILLE: BUENOS AIRES TIENE ESTO, QUE ALGUNOS NO ALCANZAN A ENTENDER, PERO UNO MAMÓ DE PIBE. SERÍA TAN EXTENSO COMO LA VIDA MISMA, PERO SE RESUME CON LA FOTO DE TUS VIEJOS,EL GRITO DE UN MARCHANTE, LA GARITA CON EL CANA TUYO, EL DE LA ESQUINA, EL FECA AQUEL, LOS GOLES QUE GRITABA LALO PELICHIARI...EL OLORCITO AL ESTOFADO DESDE EL PATIO,LA PELOTA DE 20...Y COMO ENVOLTORIO: UN SOLO DE BANDONEONES CON TROILO Y PIAZZOLA... Ó LOS DOS PEDROS, MAFFIA Y LAURENZ...¿QUÉ TE PARECE?
ResponderEliminarJOTACET
-QUERIDA DORITA: TE LO QUISE DEDICAR PORQUE ME CONMOVÉS CUANDO HABLÁS DE BUENOS AIRES, CUANDO REFLEJÁS TUS SENTIMIENTOS MADUROS, MINGA DE PAVADAS, CUANDO MOSTRÁS TU ALMA DE MAESTRA COMO DEBE SER, Ó CUANDO NOS DEJÁS PENSANDO LARGO RATO AL LEER TUS PUBLICACIONES EN POETA LATINO, POR TODO ESO- Y ME HACES EVOCAR TU CASA Y ESE ALJIBE, Y LAS ANTIGUAS MADRESELVAS QUE YA NO ESTÁN...EN ESTA SENCILLA CEREMONIA, TE DOY EL TÍTULO DE "PORTEÑA ILUSTRE" EN LAS LETRAS DE BUENOS AIRES.
ResponderEliminarPERDONÁ EL ATREVIMIENTO,DORITA- UN BESO EN TU FRENTE, Y UNA ROSA AMARILLA.
JOTACET
Leyéndolos a todos, pero por supuestísimo a tu Jota, se me ha puesto un nudo en el garguero.
ResponderEliminarEn mi paisito, Uruguay, creo que todo era parecido, el tranvía, los caballos de tiro.
Yo eso no lo viví, ya no existía casi nada cuando tuve uso de razón, pero intento imaginarme lo que describes y lo haces tan bien que casi estoy por conseguirlo.
Gracias.
-QUERIDA AMIGA: TÚ SABES QUE URUGUAY Y ARGENTINA, MONTEVIDEO Y BUENOS AIRES, CREO QUE SON SINÓNIMOS,IGUAL QUE SU GENTE. BASTA CON CAMINAR MONTEVIDEO Y COMPROBAR, ASÍ QUE SOMOS HERMANITOS GEMELOS. UNO DE MIS MÁS GRANDES AMIGOS ES JOSÉ LUIS, "JUAN ORIENTAL",POETA EXCELSO- TE MANDO UN BESO, Y GRACIAS POR TUS PALABRAS-
ResponderEliminarJOTACET
asi es tordo,tal cual me lo decis,cuantas cosas que extraño,especialmente a mis viejos y mis hermanos.nunca mas un estofado y ravioles como hacia mi vieja.nunca mas.
ResponderEliminar-GUILLERMO Y TODOS LOS DEMÁS AMIGOS Y AMIGAS:
ResponderEliminar¡QUÉ SABEN LOS PITUCOS, DE ESE OLOR EN EL PATIO, LA MESA DOMINGUERA, LA GLICINA, EL MALVÓN, MIS VIEJOS Y MI ESCABIO...AL SON DE UN BANDONEÓN..!
NOS VEMOS, EN OTRO PATIO CUALQUIERA...
JOTACET