jueves, 30 de julio de 2009

MI AMIGA ARGENTINA FERRO




En la guardia del Santojanni hubo una enfermera Caba, que se llamaba Argentina Ferro, la querida Tina, mezcla de ángel, sargento de caballería, y enfermera.- Ella sola le hacía marcar el paso a todo el mundo, pero tenía especial predilección por mí, lo cual era de ida y vuelta.- Con ella recibimos un día un cadáver, en ataúd cerrado y con el correspondiente Certificado de Defunción confeccionado por un médico particular.

Esto sonará raro, sobre todo a los médicos jóvenes. Sucede que, durante la época de la subversión y la represión, se había recibido de las autoridades respectivas un Radiograma que nos obligaba, a todos los médicos de Guardia, a recibir cadáveres de la vía pública, siempre que la muerte hubiera sido de causa natural, y estuviese debidamente certificada por un médico en el certificado oficial, con la causa de muerte, la firma y el sello aclaratorio del profesional actuante.

Por esos motivos, Tina me llamó y aceptamos el cadáver, ya que cumplía todos los requisitos. Una vez recibido, con el Portero, señor Rosales, de acuerdo con el citado Radiograma, se depositó el féretro en la Morgue, y el Certificado que decía que había fallecido por un “Infarto de Miocardio”, quedó depositado en la guardia, hasta que vinieran las personas de la familia a retirar al fallecido.- Reglamentariamente todo estaba en orden. Pero Tina, mientras me servía un café, me dijo que ella tenía el pálpito de que eso era algún “balurdo”.- Como casi nunca se equivocaba, al rato me comuniqué con el Comando Radioeléctrico y ante la duda, vino velozmente la Policía. Procedieron a la apertura del cajón, y al exámen del cuerpo, cuya parte anterior era normal. Cuando lo pusieron en decúbito ventral (boca abajo), resultó que en la espalda mostraba varios impactos de grueso calibre.- Se secuestró el certificado, y se montó un operativo de vigilancia hasta la noche, en que en varios vehículos vinieron varias personas que dijeron ser sobrinos del muerto. Al ser interrogados, hubo contradicciones y quedaron todos detenidos. Sucedió que el cadáver figuraba con un nombre falso en el certificado que era también falso, y había fallecido en un enfrentamiento con la Policía, y los supuestos sobrinos, resultaron integrantes de una célula de origen ilegal.- Desde entonces, Tina repetía: a esta negra no se le escapa nada! (y tenía razón).-

Luego de cierto tiempo, tuve que atenderla de urgencia, porque se fracturó el fémur izquierdo, y le pusieron el yeso correspondiente. Durante el exámen general, le encontré un tumor de mama avanzado, y con numerosas metástasis.- Estaba internada en nuestro sector oncológico, donde le propuse la aplicación de una droga que aún estaba en experimentación, y ella me firmó el Consentimiento Informado.- De esa manera, Argentina Ferro fue la primera paciente que recibió, en nuestro medio, Adriblastina, ó Doxorubicina, que todavía no estaba en venta, y la conseguimos a través del Laboratorio Farmitalia, con sede en Milán. Lamentablemente, a pesar de todo el esfuerzo empleado, falleció unos meses después.

Y se produjo el cierre del Santojanni, que se remodeló y se transformó en Hospital General de Agudos, con el mismo nombre, y pasó el ex hospital Salaberry con todo su personal.- Y entonces comenzó a surgir una leyenda, cuando algunas enfermeras del Salaberry recorrían el Santojanni clausurado, para evaluar los lugares apropiados para las distintas futuras dependencias. Entonces contaban que, de pronto, se les cruzaba una enfermera desconocida, gordita, con una cofia antigua, y de rápido andar, que repentinamente entraba en alguna habitación sin responder al llamado de las demás, y al seguirla, había desaparecido. Casos parecidos se comentaron varias veces, e inclusive algunos decían que se trataba de Tina, que no quería abandonar su querido Hospital.-Hasta después de morir, Argentina Ferro seguía originando historias…
Tampoco olvido al hijo de Tina, con su bigote y su barba, y su enorme amor por su madre. Se dedicaba a la computación, y amaba la buena música. –Un día fui a visitar a mi amiga poco antes que todo terminara, y escuché una música muy buena que emitía un disco colocado cerca del lecho.- Cuando dije que me gustaba mucho, el hijo, simplemente lo extrajo y me lo regaló.-Lo tengo muy bien guardado por todo lo que representa, y se trata de la Banda Sonora del film “Roller-Ball”con algunos temas de música clásica.- También tengo en el recuerdo a mi amigo Rosales, la pareja de Argentina Ferro, que nunca quiso formalizar porque era del tiempo “de la palabra empeñada”, y fue el más digno Portero del Hospital Santojanni, en su época de oro.-

Todos los que nos acompañaron en aquella etapa, hasta 1976, sin excepción resultan inolvidables, porque eran gente común, leal, y representan al Buenos Aires que se fue, tal como el cuadro de Don Quinquela Martín, esa maravilla que se puede apreciar al fondo del pasillo de la planta baja del amado Hospital . (Hombres Trabajando).-


JOTACET- 30-Julio- 09-

domingo, 26 de julio de 2009

EL MERCADO DE ABASTO Y SUS FANTASMAS




Construído entre fines del siglo XIX y comienzos del XXº, fue el principal mercado de la ciudad de Buenos Aires, actualmente transformado en uno de los principales shoppings de la ciudad. Durante muchísimos años fue escenario de miles de personajes muy interesantes, la mayoría de origen europeo, mayoristas de innumerables productos que proveían al comercio metropolitano en general.
Mi amigo Francisco Devincenzo, (Pancho), tenía en el mercado, con su padre, un importante puesto de venta de manzanas originarias de la provincia de Río Negro.
Pancho “se fumaba todo”, como decía la barra de la esquina de Bustamante y Córdoba, en la que era una especie de líder, siempre madrugando, mercado, recibir algún camión con mercadería, laburar con el viejo, después almorzar, un rato al café con los muchachos, y luego una siestita. A la noche, un buen baño, vestirse de primera, y muy prolijamente, para enfilar a algún sitio tipo boliche de los de antes, y lucirse como pocos bailando de todo, especialmente tangos.
Yo era estudiante de medicina, y mi compañero Horacio, (otra historia inolvidable de mi vida), me invitó a estudiar en su casa, en la calle Sanchez de Bustamante, a metros de Córdoba. Después de unas horas de estudio, apareció Pancho en lo de Horacio, y allí nos conocimos. Fuimos al café de la esquina, y me presentaron a toda la barra. De más está decir que todos me recibieron muy bien, ninguno de ellos estudiaba, tenían distintos oficios, y grandes esperanzas de que Horacio llegara a ser “Doctor”, ya que había abandonado la Facultad hacía tres años por distintas causas, y al conocerme nos habíamos hecho muy compinches y eso lo había estimulado para retomar la carrera.
Transcurría el año 1.956, y la barra cuidaba mucho de Horacio, ya que habían fallecido sus padres, y vivía solo. Ellos se ocupaban de que comiera, se levantara a horario, y fuera a la Universidad…
Por ejemplo, una tarde estábamos estudiando los dos y eran las 20.30 hs, cuando me pareció sentir ruidos en la sala, y al decirle a mi compañero, se abrió la puerta del escritorio y apareció Pancho…que estaba con un delantal de cocina, y con su infaltable sonrisa nos saludó y dijo: “Los caballeros pueden ir largando, y dirigirse a la mesa”!
Cual no sería mi sorpresa cuando pasé al comedor y ví la mesa tendida, con todo correctamente dispuesto, y nuestro amigo había preparado tallarines amasados por él mismo, y había un olorcito enloquecedor, y todo hecho en silencio, para no distraernos… Esos eran nuestros amigos de entonces…
Y pasaron los años, seguimos viéndonos en aquel café de Bustamante y Córdoba, y fue muy grande la algarabía cuando Horacio y yo recibimos nuestros diplomas de Médicos,
por supuesto rodeados por toda la muchachada…
Una tarde en mi consultorio, recibí la llamada de Pancho, y me dijo que tenía cierto dolor en el pecho…entonces le ordené que se quedara en la cama, y mi esposa, Hilda, me alcanzó el maletín al coche y salí a toda marcha hacia su casa, cerca del Abasto. En el ínterin llamé a un cardiólogo que era Profesor de la U.B.A. y me quería mucho, que llegó a los 10 minutos- Lo examinamos y le hicimos un electrocardiograma, que mostraba alteraciones, pero a Pancho se le dijo que debía reposar 10 días, sin ninguna clase de esfuerzos. Él nos agradeció y nos guiñó un ojo, y dijo ¡olvídense! Y empezó el reposo que nunca había hecho.
Dos días después me llamó el hermano urgente, porque no lo veía bien, y fui volando con el cardiólogo (Dr Franchella)…Cuando llegamos, Pancho había sufrido un infarto muy extenso y estaba grave. El hermano me contó al oído, que esos dos días había estado en cama…pero varias veces con su novia… y había seguido fumando, y había tenido relaciones varias veces…El Dr Franchella y yo estuvimos trabajando alocadamente con Panchito, que hizo dos paros sucesivos, y llegué a darle dos inyecciones intracardíacas, mientras continuábamos con las maniobras de estimulación cardíaca externa, pero sin resultado…hasta que el cardiólogo me dijo: ¡Ya no tiene miocardio que responda!... y con el padre y el hermano, le dimos un beso y cerramos sus ojos-
Así que el Mercado de Abasto de Buenos Aires perdió uno de sus tantos personajes, para mí, inolvidable. Ahora, después de tantos años, dicen las leyendas de ese barrio, que muchas veces se han visto “fantasmas”, en diferentes circunstancias, en uno de los patios de ventas del Shopping… pero resulta que ese patio…coincide con la planta donde trabajaba mi amigo Francisco.
Otro amigo médico, compañero del Colegio Nacional, hace años trabajaba como médico en “Metro Vias”, la empresa se los subterráneos de Buenos Aires, y un día me contó que lo habían invitado a descender a las vías del Metro, para ver como era el sector, que poca gente conoce. Inmediatamente le pregunté a mi amigo, si podía llevar un invitado, y me dijo que sí. A los pocos días, en la estación Pasco del subte “A”, se detuvo el convoy y descendimos, acompañados por un ingeniero de la empresa. Nos explicó que a principios del siglo XX hubo un accidente entre la estación Pasco y la anterior, Alberti, falleciendo los operarios, lo que dejó en suspenso la nueva construcción… y riendo, el ingeniero contó algo que yo había leído en el diario, y se refería a una leyenda sobre “los fantasmas de los obreros muertos en la tragedia”, ya que algún maquinista había creído ver gente vestida con esas ropas, de aspecto fantasmal, que se movían por los escombros que estábamos visitando…
Terminada la aventura, salimos a la calle y fuimos a tomar un café…en el bar, mi colega, José López, me miró fijo y me dijo: Julio César, juraría que allí sentí fuerte olor a tabaco, y nadie fumaba! – Yo le devolví la mirada, y le dije: Pepe, te juro que encima de los viejos escombros me pareció ver un antiguo cenicero de metal ordinario, con la palabra “Cinzano”, como los que había en los bares, y una colilla aún humeando…y ¿no había nadie?
Por supuesto, creo que, por el lugar, era Pancho que nos quiso saludar una vez más, porque él dejó este mundo, pero creo que…¡El cigarrillo, ni muerto!


JOTACET- 27- Julio-09-

martes, 21 de julio de 2009

EL SUEÑO DE JOTACET




Jotacet estaba solo con su perro, mirando un aburrido programa de televisión, y mientras en la calle llovía monótona e incesantemente, el reloj del comedor diario señalaba las 12 de la noche.- De pronto sonó el timbre de la entrada por dos veces consecutivas.- Él se dirigió hacia la ventana, pensando que su mujer tal vez habría olvidado las llaves, pero al observar la acera, comprobó que en ella no había nadie.- Esto llamó su atención, y fue a quitar la llave de la cerradura, abriendo con la debida precaución, y confirmó la ausencia de personas, observando un objeto rectangular de regular tamaño que vaya a saber quien había dejado sobre el mármol de la entrada.- Al dirigir la mirada en ambas direcciones, comprobó que en la calle no había persona alguna, levantando entonces cuidadosamente el objeto que reposaba sobre el umbral, entró en la sala, y lo depositó sobre la mesa del comedor.- Se trataba de una hermosa caja de madera muy fina, que parecía de roble, con aspecto muy antiguo, destacando en su superficie unos símbolos tallados, que parecían jeroglíficos.- Secó suavemente las gotas de lluvia que mojaban la madera, y al accionar la tapa, la caja se abrió suavemente.- Quedó perplejo al ver que en su interior había un objeto de piedra, una estatuilla con aspecto humano que portaba en su cabeza un “Neme”, especie de peluca, como supo después, y una serpiente metálica a modo de vincha, enroscada alrededor de su frente, con la cabeza levantada en actitud amenazante.- La parte correspondiente a los miembros inferiores estaba representada por una superficie plana de forma triangular, que mostraba misteriosos jeroglíficos algunos de ellos borrosos, quizá por el paso del tiempo.- Los miembros superiores de la imagen mostraban los brazos cruzados, el izquierdo luciendo un ancho brazalete.- Del cuello de la estatuilla pendía un objeto que mostraba un círculo como parte de una cruz, lo que le daba el aspecto de un talismán…Jotacet, cada vez más perplejo, no sabía como interpretar aquel hallazgo, y mucho menos su origen, y el motivo de su aparición en esa noche de lluvia.- Observó ambos objetos una y otra vez, con creciente desorientación, hasta que sin darse cuenta, la nebulosa del sueño fue invadiendo sus sentidos, hasta quedarse profundamente dormido con su cabeza apoyada sobre la misteriosa caja de madera…

Sin saber cuanto tiempo había pasado, comenzó a despertar, totalmente bañado en sudor, y se quitó bruscamente las ropas húmedas y pegajosas del empapado cuerpo.- Un calor ardiente e insoportable le había resquebrajado los labios, y toda su piel le ardía terriblemente…Intentó mirar hacia arriba, pero el sol era un inmenso disco de fuego que todo lo abrasaba, dejándolo totalmente ciego.- Tanteó el suelo, blando y pulverulento, y notó que estaba muy húmedo, como arena mojada…Cubrió sus ojos con las manos para poder mirar en derredor, y cual no sería su sorpresa al ver que a corta distancia había agua, como un ancho río que iba creciendo con suaves ondas que se le acercaban, mientras un sinnúmero de pájaros revoloteaban en círculos.- Pero el enorme disco solar parecía cada vez más grande, y no divisaba un lugar de sombra donde guarecerse… A punto de desfallecer, notó unos enormes bultos marrones que emergían del agua, y a medida que se acercaban iban tomando la forma de horribles hipopótamos, que junto a sus crías salían del río…Al mismo tiempo, sus incrédulos ojos vieron salir del agua un número increíble de enormes cocodrilos, mostrando sus amenazantes dentaduras … y las bestias eran cada vez más y más…En ese momento ya no tuvo más dudas que se trataba de un delirio onírico, ¡primera manifestación patológica en sus setenta y dos años, y no podía ser otra cosa que un ataque psicótico! –A pesar de todo, y al ver que el río crecía sin pausa, trató de arrastrarse por la arena en la dirección contraria, pero entonces se vió rodeado de impresionantes serpientes que lo iban encerrando con inequívocas intenciones, junto a un inmenso conjunto de alacranes de lomo negro y marrón, blandiendo en el dorso sus puntiagudos aguijones inyectores de mortal ponzoña.- Olvidó su cansancio, y corrió y se arrastró hacia una enorme mole de piedra de muchos metros de altura, única formación visible desde allí, que proyectaba un gran cono de sombra que podía representar su alivio, y tal vez su salvación…Lo seguían persiguiendo cocodrilos, hipopótamos, sus crías, pero sin atacarse entre ellos.- Por fin, en un último esfuerzo, llegó hasta el salvador cono de sombra, cayendo exhausto, de espaldas.- Luego de un rato de descanso, al fresco reparador, abrió los ojos lentamente, y ya no pudo dar crédito a lo que veía: “estaba acostado a la sombra nada menos que de la Esfinge, el monumento egipcio milenario, con cabeza de hombre y cuerpo de león”!!-

Él, Jotacet, yacía entre las patas delanteras del león, a la sombra de la Esfinge, y donde terminaba el cono de sombra, formando un semicírculo, estaban observándolo, con suma tranquilidad, los cocodrilos, los hipopótamos, los alacranes y las víboras, “como poseídos por un milagroso encanto”… Jotacet frotó con sus manos el suelo entre las patas delanteras de la Esfinge, y vió debajo de la fina arena, tallados en la piedra, jeroglíficos algo desgastados por la erosión, que le evocaron a los que mostraba la tapa de cedro de la misteriosa caja que recibiera en su casa de Buenos Aires, en Fragata Sarmiento 2.228 en esa noche lluviosa: “Hubiera querido saber en qué Dimensión se encontraba”…

Cuando despertó, quién sabe después de cuanto tiempo, estaba acostado en decúbito dorsal sobre una camilla, en el living de su casa, con su esposa acariciándole la frente, rodeado por varias personas: un médico del SAME, dos paramédicos, y unas vecinas que lo saludaban alegremente.- Percibió que le habían colocado una vía de hidratación parenteral en el pliegue del codo, y uno de los ayudantes controlaba atentamente la frecuencia del goteo del suero.- El médico le explicó que lo habían encontrado inconsciente, muy sudoroso y con signos de deshidratación.- Le aconsejó que se dejara transportar al hospital más cercano, ó al sitio que su Obra Social dispusiera a tal efecto, ya que sería útil efectuar los estudios rutinarios pertinentes para un correcto diagnóstico etiológico…Jotacet le agradeció mucho todo lo efectuado, pero le explicó que tanto él como su esposa y otros familiares, eran profesionales de la Medicina, y entre todos verían la mejor manera de resolver el problema, así que firmó gustoso los papeles que le alcanzaron, quedando en su domicilio por propia voluntad y exclusiva responsabilidad, luego de lo cual se retiró la gente del SAME.- Una vez solos le explicó a su familia todo lo acontecido, y les mostró la famosa caja de madera con la estatuilla.-La fiebre había desaparecido, y luego de tomar dos aspirinas se sentía muy bien.- Durmió hasta las ocho de la mañana, y su examen clínico y los análisis de rutina resultaron normales, como si nada hubiera pasado.-Luego recibió la visita de sus amigos, Árele y Goyo, y les narró pormenorizadamente todo lo sucedido.-

Luego de varios días pudo localizar a un investigador del CONICET que se dedicaba al estudio de “Escrituras Crípticas” y, a través de sus amigos, consiguió una entrevista personal con ese profesional.- Al día siguiente fue recibido muy amablemente por el Dr. Daugherty a la hora convenida, quien, café mediante, lo invitó a exponer su problema.- Jotacet contó todo con lujo de detalles, animado por su anfitrión, colocando sobre su escritorio el pequeño cofre con la estatuilla.- Daugherty le pidió que continuara, y entonces narró su experiencia en la arena de aquel extraño lugar, y con incontenible emoción describió la aparición de los cocodrilos y de los hipopótamos, mientras el río crecía y el sol lo quemaba inexorablemente…hasta que irrumpieron las víboras y los alacranes.- Luego, su desesperada huída hacia el cono de sombra de la Esfinge, y su caída de espaldas entre las patas delanteras del león, con la posterior pérdida del conocimiento.- El investigador le ofreció otro café, y Jotacet, muy turbado, le contó como los animales se habían tranquilizado, observándolo inmóviles, en semicírculo, fuera del cono de sombra…También comentó que los jeroglíficos entre las patas del león, eran parecidos a los de la tapa del misterioso cofre que le dejaran en la puerta de su casa.-

-El doctor Daugherty, recién en ese momento, luego de haber registrado todo el relato de Jotacet, apagó el pequeño grabador Panasonic y con toda parsimonia comenzó a examinar la caja de sólido roble y su respectivo contenido, utilizando para ello una lente de aumento que tenía en el escritorio.- Luego de media hora de prolijo exámen de todos los elementos, suspiró profundamente, con una leve sonrisa observó al consultante, y encendió lentamente su pipa.-Después, tomando la caja, dijo:
“Una pieza hermosa, de varios miles de años de antigüedad- Es del mejor roble, probablemente de los bosques del Líbano, el mismo que los Faraones utilizaban para construir ciertas partes de sus navíos”.- “Los jeroglíficos tallados en ella, creo que transcriben frases del Libro de los Muertos”.- Luego, abriendo la caja, procedió a extraer la estatuilla con sumo cuidado y respeto, y aspirando otra bocanada de humo de su pipa, comentó al estupefacto Jotacet: “Hermosa y delicada escultura, indudablemente egipcia, tal vez de la época Predinástica- Evidentemente se trata de un dios, por la serpiente que lleva en su cabeza, y por la actitud de sus brazos, y por el brazalete”.- “En el triángulo que representa sus miembros inferiores, se pueden ver unos jeroglíficos, algunos un poco borrosos, que repiten frases del Libro de los Muertos”.-“El Talismán que pende de su cuello es una antiquísima pieza egipcia, y creo que es de la época en que trataban de organizar su religión”- Afirmo que todos estos elementos, tienen varios milenios…

Jotacet permaneció con el doctor Daugherty una hora más, muy confundido, y ambos convinieron otra entrevista para el día siguiente, en que estarían presentes otros dos investigadores, egiptólogos, así entre todos analizarían los detalles del “sueño” que había experimentado nuestro protagonista, que seguía creyendo en una manifestación de tipo psicótico, de su compleja personalidad y sus 72 años…aunque le gustaría averiguar quien había tocado el timbre de su casa, dejando semejante “presente”, que evidentemente no tenía nada de “virtual”.- Estuvo toda la tarde conversando con Hilda, su esposa, y con sus hijos, y también lo llamaron sus amigos, y su sobrino, sacerdote católico, pero esa noche tampoco pudo “pegar un ojo”con la misteriosa caja encima de su mesita de luz…Al amanecer se levantó, tomó un baño, desayunó frugalmente, sin ver la hora de encaminarse a la reunión programada por Daugherty, de la que tal vez surgiría, (Dios lo quisiera), alguna explicación para todas estas incógnitas.- Se vistió y partió raudamente al mencionado encuentro, cuando el reloj marcaba las siete y treinta horas de una mañana también lluviosa.-

Descendió del taxi frente a la entrada principal del edificio donde había sido citado, subiendo nerviosamente la escalinata hasta el primer piso, donde se anunció a una recepcionista que lo invitó a tomar asiento en un amplio salón.- En pocos minutos se hizo presente el doctor Daugherty, que con amable sonrisa le presentó a los dos caballeros que lo acompañaban, diciendo: “los señores son los doctores Ahmed Murabi y Menahem Yunis, destacados egiptólogos- y agregó-él es el señor Jotacet, que recibió en su domicilio tan destacados “presentes” y que luego protagonizó el “sueño” tan elocuente del cual han escuchado la grabación de sus propios labios.- Todos estrecharon sus manos y tomaron asiento en torno a la mesa.- Luego de servirles sendas tazas de café, el doctor Daugherty le comentó a nuestro protagonista que el episodio relatado por él como una manifestación onírica, producida según él por algún proceso patológico de la mente, tenía un sinnúmero de componentes que coincidían con temas relativos a versiones mitológicas egipcias, muy antiguas, que le explicarían entre los tres, pero que, además, estaban tangibles sobre el escritorio: la antigua caja y la estatuilla, milenarias ambas, que evidentemente no eran parte ni producto de imaginación alguna.-

Ahmed Murabi dijo que, si bien el señor Jotacet decía ignorar los detalles históricos de los egipcios, y no haber viajado nunca por esa zona de Oriente, evidentemente su sueño se había desarrollado en la orilla oriental del río Nilo, en época de primavera, en que se producen las inundaciones que fertilizan el valle, y el sol con ese disco enorme, y el calor insoportable, coincidían con todas las narraciones escritas en papiros milenarios, que el consultante no había visto jamás…También era coincidente la presencia de La Esfinge, a sus espaldas, con los jeroglíficos grabados entre sus patas delanteras, pertenecientes al Libro de los Muertos igual que los de la caja de madera y los de la famosa estatuilla.-

Entonces terció Daugherty, diciendo que lo más llamativo de esta historia era el asunto de las bestias que emergían del Nilo con sus crías, así como las demás alimañas que habían perseguido a Jotacet hasta llegar al cono de sombra de la Esfinge… Y anunció que, de esa parte se iba a ocupar el doctor Menahem Yunis, especialista en el aspecto mitológico y religioso, cuya palabra estaban ansiosos por escuchar.-

Menahem Yunis, hombre pausado y de claros conceptos, dirigiendo su mirada como al infinito, comenzó diciendo que el sol enorme y abrasador mencionado por Jotacet, era ni más ni menos que el dios de dioses de los egipcios, es decir, el Disco Alado, creador y hacedor de todo lo existente, llamado Ra, ó Amón-Ra.- También era el dios de la Luz, la Claridad, la Vida, la Verdad, el Bien y todas las cosas buenas.-De él fueron creados los demás dioses: Osiris, Horus, Anubis, Thoth, Maat, Isis, y otras Deidades.-Según los egipcios, cada dios y cada deidad, ejercían funciones específicas, a veces algo confusas, pero su objetivo era el bien.-

Osiris, hijo de Isis y Horus, tenía su enemigo más cruel, que era nada menos que su hermano Set- Set representaba el mal, la crueldad, la traición, la oscuridad, es decir, todo lo opuesto al dios Ra.-Set, el malvado, asesinó cruelmente a Osiris, su hermano gemelo.- El dios Ra, ya anciano, se encontraba en Nubia, cuando Set se rebeló contra él, declarándole la guerra total.- Ra se embarcó con sus seguidores en una barca sagrada, para enfrentar a Set y sus hombres.- Set se valió de poderes mágicos e hizo que sus seguidores se transformaran en hipopótamos y cocodrilos, sumergiéndose en las aguas para no ser hallados.- Pero finalmente los malvados fueron vencidos y masacrados por Horus, que tomó la forma de un león, acompañado por las diosas Nekhbet y Uazet, que se mostraron con la forma de serpientes coronadas.-Horus salió victorioso.- Entonces, el doctor Menahem Yunis entornando los ojos, le dijo a Jotacet: pero hay otra versión egipcia y muy antigua, que afirma que la famosa y terminal batalla, todavía no ha tenido lugar, pero que finalmente Horus destruirá a su enemigo, cuando Osiris y los Dioses regresen finalmente a la tierra…

Jotacet, turbado, balbuceó: ¡Entonces no estoy loco, me ví a orillas del Nilo en época de creciente, con el Disco Alado abrasando el desierto, y los hipopótamos y cocodrilos, por los poderes mágicos de Thoth, tendiendo una emboscada a la barca sagrada del dios Ra! - ¡Y sólo pudo ser el Dios de los Dioses el que hizo detener a las alimañas antes que me atacaran! –¿Quién pudo transmitirme todas estas cosas que yo ignoraba, y que visualicé como imágenes tan reales? - ¿Y quién me dejó la caja de cedro con la estatuilla? … Ya que no estoy loco, señores, de ahora en adelante no me burlaré más de las creencias universales, por exóticas que parezcan…ya que son más creíbles que muchas “verdades científicas”.-

Luego de beber otro café, los tres científicos saludaron a Jotacet y quedaron a su disposición para cualquier otra consulta.- Él se despidió y se dirigió a su casa, donde lo esperaban su esposa y sus hijos.- La charla con su familia fue muy prolongada, y todos quedaron satisfechos, menos él…que no cesaba de observar la caja con la estatuilla.- Árele y Goyo le hacían mucha compañía y analizaban el tema incansablemente.- Hasta combinaron una reunión con el Rabino Efraín Meyer, el Padre Roberto Lelia y un Iman del Islamismo, contactado por los mismos sacerdotes.- La reunión resultó muy entretenida e interesante, pero terminó demostrando su total inutilidad como cosa aclaratoria de la incógnita principal.- También hubo otro encuentro con los científicos egiptólogos, pero sin poder arribar al objetivo deseado por nuestro amigo…Cansado ya de esa frustración a su curiosidad, decidió dar por terminado el asunto definitivamente, y una tarde se dirigió al Cementerio de la Chacarita, y caminó por la parte antigua, hasta encontrar las ruinas de un viejo sepulcro que había sido “levantado”… Como no había nadie en las inmediaciones, disimuladamente arrojó la caja de cedro, que se deslizó suavemente hasta el fondo del pozo, quedando tapada por numerosos terrones…Luego se persignó respetuosamente, y se alejó con paso ligero, ya que comenzaba a llover más ó menos intensamente- Subió a su automóvil y se dirigió a su domicilio… Ya en el comedor diario, comenzó a acariciar a su perro y se sirvió una generosa cantidad de Whisky- Al rato se acercó su hijo y le dio un sobre que había dejado un desconocido, a su nombre, un rato antes…Jotacet bebió lentamente un sorbo de escocés, y al abrir el sobre, extrajo de su interior algo que lo sobresaltó: era una pequeña pieza de madera antigua con forma de cruz, con un orificio circular en el centro…Se quedó atónito, observando el extraño objeto, y siguió bebiendo muy lentamente el licor: lo introdujo en el sobre, totalmente en blanco, y lo arrojó a un cesto, murmurando entre sonrisas “Caramba, caramba, parecería algo así como un amuleto”…Y decidió acostarse a dormir hasta el otro día…


JOTACET-21-julio-09-

sábado, 18 de julio de 2009

EN EL HOSPITAL RAWSON - Años 1955-1958




En aquella época, década de los ’50, se había intensificado en Buenos Aires, el operativo policial correspondiente a la Ley de Profilaxis, y se reprimía el ejercicio de la prostitución y de la “Trata de Blancas”.- Por lo tanto, las patrullas policiales, a veces con automóviles no identificables, sorprendían a las prostitutas en pleno desarrollo de convenir las citas y los precios con sus eventuales clientes, en la calle, siendo detenidas y trasladadas a determinadas seccionales, donde las concentraban hasta llevarlas, al día siguiente, al Departamento Central de Policía, a los efectos legales de identificarlas, ficharlas por contravención a esa Ley, etcétera.- En la zona de Plaza Constitución, la comisaría 16 era una de las que concentraba a esas mujeres, en una especie de habitáculo prefabricado ubicado al fondo del patio de la misma.- Durante ese lapso, podía suceder que alguna estuviera enferma, realmente ó por simulación, y pidiera a gritos un médico. Si las circunstancias lo justificaban, se las podía trasladar al hospital, con la consabida custodia policial.- Una noche, me tocó a mí ir a la 16, y el Oficial Principal me hizo acompañar al fondo, donde un sargento custodiaba el referido habitáculo. Me abrieron el candado y me invitaron a pasar. En el lugar había cerca de 40 mujeres, en condiciones muy particulares, de pie, ya que no tenían asiento alguno, con el típico olor de la falta de higiene, y en medio de un griterío espantoso, me señalaron a la que había motivado la llamada : se trataba de una mujer de unos 40 años, sentada en el suelo, que me dijo que estaba “con pérdidas” desde hacía varios días, a pesar de lo cual seguía “trabajando” para que ella y su hijito pudieran alimentarse. Yo le dije que no se preocupara, que me la llevaría al hospital. Cuando las demás vieron lo que estoy narrando, otra se echó a llorar y me dijo que desde la noche anterior estaba con vómitos, y se sentía muy mal. Otra me imploró que la hiciera salir de allí, que no sufría de nada, pero tenía un nene de pocos meses, y la colega que se lo cuidaba quizás lo había dejado solo para salir a “trabajar”, y así sucesivamente…hasta que les tomé los datos a varias de ellas, salí inmediatamente al patio, y me dirigí a la oficina del Principal. Le dije que había 5 mujeres que debía trasladar en observación al Rawson, le entregué la lista, y las hicieron subir a la ambulancia.- Me dijo que en cuanto llegara el patrullero de la recorrida, me iban a mandar la respectiva custodia a la guardia.- Me despedí y partimos raudamente.- Al llegar a la esquina de las calles Salta y Caseros, hice detener el vehículo, y les dije que no éramos policías, y que las puertas de atrás estaban sin llave, ante lo que se “tiraron” de la ambulancia, y se alejaron de allí rápidamente, gritando ¡que Dios los bendiga!
En el hospital, le expliqué al médico interno lo sucedido, y entonces llegó el patrullero y el Jefe les informó lo relatado, y ellos escribieron a máquina la novedad, que caratularon“Fuga de 5 detenidas, cuando eran trasladadas al hospital”.-Luego firmamos todos y así “Santas Pascuas”… Esto se repitió algunas otras veces…

Las vivencias en el querido Hospital Rawson, con aquéllos jefes y amigos con los que compartí lo mejor y lo peor, fueron interminables, entre 1955 y 1958.- Y todo estaba condimentado con aquél escenario inigualable, de los adoquinados tan desparejos y tan bellos, y aquélla gente pobre, tan auténtica, tan agradecida y noble, mezclada con esa miseria digna que ostentaban las pobres prostitutas, los chicos de la calle, que ya estaban presentes en Constitución, y la miseria de los “chorros”, los malandrines que no habían aprendido otra cosa, y el gracioso hablar lunfardesco, que expresaba con esa terminología todas las ideas que producía su particular intelecto…

JOTACET- 18- julio- 09-

jueves, 16 de julio de 2009

ERA VIERNES POR LA TARDE




Era viernes por la tarde…desde la casa de la familia Figgini se escuchaba, en el piano, una dulce melodía en tiempo de vals, perteneciente a “La Viuda Alegre”.- En frente, Teresiña y el flaco Bernardo conversaban en la puerta de su casa.- Era viernes por la tarde, y ya desfilaban los hombres mayores del barrio, regresando de la Sinagoga… En muchas casas del barrio de La Paternal se habían encendido tres velas, ó lámparas de aceite, porque iba a dar comienzo el Séder, la cena del Sabath…Paternal, luna y misterio: ¡Barrio de Tango! – En el Club La Paternal, en una mesa grande, festejaban un nuevo encuentro Arele Kitzis y nueve ó diez amigos del barrio, mientras en otra mesa brindaban con sendas copas de vino tinto el tano Juan Pinotti y la incomparable Zulema, su esposa.-A pocas cuadras, la ventana abierta de María Luisa, esparcía los sonidos de un tema de “La Piedra del Escándalo, cuyos acordes flotaban por Fragata Sarmiento, como siempre, acariciando los oídos del vecindario…Mientras tanto, en la Guardia de la Seccional “29”, la Cabo 1º Susana Moretti hacía pasar a un joven alto, rubio, muy pálido, de unos 30 años de edad y lo invitó a tomar asiento.- Le preguntó qué necesitaba, a lo que él contestó: “estoy buscando a una persona”, se trata de mi madre-es una mujer de 62 años, de 1.70 m de estatura, cabello rubio, claro y ondulado.- Se llama Elga Berendorf y es renga de su pierna derecha. Es austríaca y habla con marcado acento extranjero.- La última vez que nos vimos, vivía en una casa de la calle Nicasio Oroño 2.357, que tenía un pequeño jardín al frente.- La mujer tomó nota de todo, y le pidió sus propios datos.- “Soy el único hijo, me llamo Egon Berendorf, tengo 30 años de edad y vivo en la calle Larroque 547, en Bánfield, provincia de Buenos Aires.- Extendió su DNI y la suboficial tomó nota de todo-También le dejó un número de teléfono: 0242-0123, y advirtió que no estaba casi nunca en su domicilio -por ese motivo la llamaría cada dos ó tres días.- Era vendedor itinerante, y la última vez que vió a su madre fué el 03 de Junio del año 2.000.- Luego de llenar y firmar unos formularios, miró fijamente a la cabo 1º Moretti y dijo: ¡encuéntrenla, por favor!- Luego se levantó, y se retiró muy lentamente.- El sargento Ríos se acercó con dos vasos de café, y se sentó al lado de la suboficial, que se había quedado muy pensativa y le preguntó si le pasaba algo, a lo que contestó: “ese tipo que se fue me dejó una sensación rara, como si hablara conmigo y estuviera en otra parte”…y le contó el caso mientras bebían el café.-Otros dos policías, Mecha y el negro Ríos, cruzaron Warnes y tomaron Nicasio Oroño, deteniendo el patrullero frente al número 2357.-Bajaron y vieron un pequeño jardín al frente, con algunas plantas verdes y unos malvones.- Tocaron el timbre varias veces pero no salió nadie.-Llamaron en la casa vecina y los atendió un hombre, al que le preguntaron por la señora Elga Berendorf- Les dijo que él vivía allí desde hacía seis meses, pero no conocía a nadie de esa cuadra.- Señalando la casa de al lado, dijo que nunca había nadie, pero a veces, de noche, aparecía una mujer alta, rubia, un poco renga, que regaba las plantas y luego desaparecía, dejando la casa con las luces apagadas.- Eso era todo lo que les podía decir.- Preguntaron en otras casas y en un kiosco, pero recabaron informes similares, salvo que la señora de las plantas no contestaba el saludo de sus vecinas, y que se solían amontonar sobres de cartas y papeles de propagandas sobre el pequeño jardín, que aparentemente nadie recogía.- Los policías se dirigieron entonces a la Inmobiliaria que indicaron los vecinos, donde les informaron que el inmueble había sido puesto en venta por su propietario, un joven de apellido Berendorf, según constaba en el registro.- El joven había referido que su madre había desaparecido dos años antes, y a su vez, la finca se había puesto en venta hacía dos años…” La casa quiso ser visitada por algunos clientes, pero nunca habían sido atendidos por persona alguna.”- Pasado el tiempo, la firma decidió sacar de sus avisos a la misteriosa finca, ya que nadie abonaba los gastos, y allí se terminaba la historia.- De regreso en la comisaría, charlaron con el Principal Godoy y le informaron que en el teléfono de Bánfield dejado por el hijo de la desaparecida, no contestaba absolutamente nadie.- Godoy se comunicó con un amigo de la policía de Lomas de Zamora, le explicó el caso, y le pidió informes sobre Egon Berendorf, el vendedor alto y rubio de la calle Larroque.-Al día siguiente, el amigo lo llamó desde Bánfield, y le dijo que el supuesto hijo de la desaparecida, hacía cuatro años que no vivía en la zona, y nadie podía informar al respecto.- Godoy le agradeció y comentó el caso con el comisario Garabal.- Mecha fue comisionada, junto con la cabo 1º Moretti al Registro Nacional de las Personas.- Revisaron el archivo electrónico y retiraron los informes respectivos, impresos por las computadoras, en sobre cerrado, sobre las personas buscadas.- De regreso en la comisaría, entregaron los sobres a sus superiores.- El comisario Garabal no podía creer lo que estaba leyendo: “La señora Elga Braun de Berendorf, nacida en Viena el 14 de Febrero de 1.937, había ingresado a la Argentina en 1.947.- Casada con Janos Berendorf, tuvo un hijo varón, de nombre Egon, en 1.967.- Una Partida de Defunción hacía saber que el señor Janos Berendorf había dejado de existir el día 29 de Agosto de 1.969, en la calle Nicasio Oroño 2.357.- Otra Partida de Defunción , prendida con un broche a la anterior, anunciaba que la señora Elga Braun de Berendorf había dejado de existir el día 29 de Agosto del año 1.998 luego de arrojarse bajo un tren en marcha…Mientras el vasco Garabal encendía nerviosamente otro cigarrillo, la cabo 1º le extendió sobre el escritorio una tercera Partida de Defunción donde se podía leer claramente: “El señor Egon Berendorf, nacido el 29 de Agosto de 1.967, dejó de existir el día 29 de Agosto del año 1.999 al arrojarse intencionalmente bajo un tren en marcha, en inmediaciones de la Estación Paternal.- Entre Mecha y el comisario, trataban inútilmente de contener y consolar a Susana Moretti, que a los gritos decía: ¿Porqué me tocó a mí?- ¡Ese tipo estaba muerto desde hacía tres años cuando lo atendí en la 29!

Entre todos la obligaron a tomar unos tranquilizantes, mientras el sargento Ríos le comentaba a su colega, el sargento Cantero: ¿Quién carajo será la rubia alta y renga que no saluda a los vecinos, y que a veces aparece de noche a regar las plantitas del jardín de Nicasio Oroño? – Porque la verdad es que todos las vimos, y estaban bien verdes.- Y Cantero lo miraba y le respondía: ¡ Y a ese rubio flaco, alto y pálido, los pelpas dicen que sonó hace tres años, pero en la comisaría todos lo vimos el otro día!
-Mejor no digamos más nada, negro- Mirá, si querés acompañarme, cuando salimos, pasemos por la Capillita de la otra cuadra, que para malarias, ¡Sólo nos faltaban los aparecidos, carajo!

Los dos suboficiales terminaron su turno y se dirigieron a la calle, en la que caía lentamente una suave llovizna… Sin decir palabra, caminaron despacio, callados, en dirección a la capillita de la otra cuadra…y ambos se persignaron, sorprendidos por el tétrico chistido de una pareja de lechuzas, que desde lo alto de un ciprés pedían más silencio, más respeto…


JOTACET-16-julio- 09-

lunes, 13 de julio de 2009

CARLITOS,AMIGO INOLVIDABLE




Carlitos era un colega con el que trabajamos juntos muchos años, y con el que nos aconsejábamos mutuamente sobre diferentes problemas de la profesión y de la vida.- Era un tipo muy inteligente e inquieto, y siempre estaba en actividad.- Su mujer era abogada, y tan aguda e inteligente como él.- Pero una mañana ella se estaba vistiendo para ir a trabajar a un juzgado del que era titular.- Como suelen acostumbrar las mujeres, volcó el contenido de su cartera sobre la cama matrimonial, para colocar todo en otra, que haría juego con la ropa de ese día.- Luego de arreglarse, desayunó con Carlitos y partió raudamente en su Torino hacia los tribunales.- Carlos tomó su maltratado Peugeot, sucio y algo “arrugado”, y se dirigió hacia el hospital.- Ana María, se encontraba trabajando en su despacho con un abogado secretario de ese juzgado, cuando vió, entre unos expedientes, un papel de color amarillo, y al revisarlo, se trataba de una boleta de una tintorería, “La Japonesa”, en la que constaba que habían efectuado la limpieza y planchado de un saco “Príncipe de Gales” el día anterior. También decía el importe, y la dirección del negocio en la calle Miller, en el barrio de Saavedra.- La mujer de Carlitos llamó al secretario del juzgado y le preguntó si conocía la calle Miller, ya que el joven vivía a dos cuadras de allí, y resultó que también conocía la tintorería “La Japonesa”.- Ana María le dijo: “Doctor, usted anda perdiendo sus papeles entre los expedientes, y extendiéndole la boleta, le aconsejó que tuviera más cuidado”.- El secretario miró atentamente la factura, y explicó que, efectivamente era vecino de allí, y conocía muy bien ese negocio, pero no era cliente, ni poseía ningún saco “Príncipe de Gales”, y sonriendo agregó: este papel debe haber caído de su cartera, doctora, porque hace un rato usted volcó varias cosas sobre el escritorio, buscando entre ellas su encendedor! Ana María quedó un largo rato pensando, y recordó que Carlitos, dos días antes, había ido a hacer visitas a sus pacientes, “con el traje Príncipe de Gales de color beige”-También recordó que esa tarde había regresado a casa sin el saco, y con bronca le comentó que había pinchado una cubierta y se había manchado una manga con suciedad de la rueda, por lo que había dejado esa prenda en la primer tintorería que había visto… Ana María revisó una agenda donde el esposo anotaba las visitas que debía hacer, y con sorpresa comprobó que no figuraba ninguna dirección en el barrio de Saavedra en los últimos 7 días…por lo cual esa noche no pudo conciliar el sueño.-

Al día siguiente, salió de su despacho para almorzar, y cayó en la cuenta que esa boleta había caído sobre la cama del saco ya limpio de su esposo…y ella, en el apuro, había metido todo desordenadamente en la cartera y se había ido hacia los tribunales.- Y se preguntaba ¿qué hacía Carlitos en Saavedra, si aparentemente no tenía pacientes por allí?-Entonces pidió la adición, compró una guía Peuser y se hizo un mapita para ubicar la calle en cuestión, y la altura donde quedaba la tintorería.-Luego partió en su Torino en esa dirección: no sabía bien lo que estaba haciendo, pero su deformación profesional le sugería que investigara en ese sitio.- Al llegar, se detuvo cien metros antes, bajó del auto, y siguió a pié, y cuál no sería su sorpresa al divisar el inconfundible auto abollado de su marido, estacionado en la acera de enfrente, y a cinco metros un negocio con un cartel que decía: Tintorería La Japonesa.- Cruzó la calle con gran indignación, y al acercarse observó a Carlos sentado al volante, charlando con una joven muy agradable que se encontraba al lado suyo.- Ana María, sin dudarlo un instante, abrió la puerta trasera y se sentó, ante lo cual mi amigo le preguntó, sorprendido ¿y vos qué hacés aquí? – A lo que ella le espetó indignada: Estoy viendo cómo cometés adulterio, miserable! –La señorita que acompañaba a mi colega comenzó a decir, con un hilo de voz, que no toleraría insultos, ante lo que la abogada de marras le ordenó a gritos que bajara del auto, y la amenazó con presentarse donde trabajara, y denunciarla por adulterio, con lo que probablemente perdería su empleo .- La joven bajó del auto sollozando, y entró en una casa vecina al negocio.- Entonces Ana le “ordenó” a Carlitos que fuera inmediatamente para su casa, que ella lo seguiría con su coche, y que aclararían definitivamente la situación, inclusive con sus jóvenes hijos.-Mi amigo salió rápidamente hacia la General Paz y luego tomó la Panamericana, hacia su domicilio.-Detrás de él se desplazaba un móvil de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, que en esa época era una Estanciera I.K.A., patrullando la zona…Por la banda izquierda, de tránsito rápido, se desplazaba en igual sentido un Torino, conducido al volante por Ana María, que venía echando chispas, y que al divisar el coche del adúltero, se fué desplazando progresivamente de izquierda a derecha, y ante la mirada atónita de los policías, pegó un fuerte topetazo contra el Peugeot, desplazándolo hacia la banquina…Los policías actuaron de inmediato, y mientras dos de ellos corrieron a auxiliar a mi amigo, los otros dos apuntaron con sus armas a la abogada…Los dos primeros animaban a Carlitos, diciéndole que habían visto todo, y que evidentemente se trataba de un atentado.- En tanto, ella les decía tranquilamente a los otros dos, que vieran en su porta documentos, su credencial de Jueza, titular del juzgado tal, y tal…A partir de ese momento, la situación cambió totalmente, y los policías que se habían acercado a ayudar a mi compañero, haciendo el saludo militar, preguntaban al unísono: “Señoría, hemos visto todo…¿Qué quiere que hagamos con éste miserable? –Y ella, sin inmutarse, les dijo: Este miserable es mi esposo, y lo he sorprendido en acto de adulterio! Les agradezco mucho su oportuna intervención, pero nos iremos para casa, y yo me encargaré de todo…Lo que siguió no vale la pena comentarlo, pero eso sí: “La Policía, siempre al servicio de la Comunidad”.-


JOTACET- 13-julio-09-

jueves, 9 de julio de 2009

LA HISTORIA DE TERESITA Y EL OVNI




En San Antonio de Padua (provincia de Buenos Aires) había un pequeño Hospital que atendía las especialidades básicas del vecindario, y estaba ubicado a pocas cuadras de la estación del ferrocarril.- Allí hacían guardia unos amigos míos, y durante algún tiempo me juntaba con ellos una vez por semana, ya que estábamos redactando unos trabajos para ser presentados en un congreso de Oncología.- Esos días tomábamos varios cafés y fumábamos durante tres ó cuatro horas, hasta que yo me retiraba para volver a mi casa en la Capital.- Siempre se trataba del mismo día de la semana, y de la misma guardia, así que le pedíamos a Teresita, enfermera del establecimiento, muy bonita y simpática, que nos trajera agua, que nos comprara café u otras cosas, a lo que accedía inmediatamente y de muy buen grado.- A eso de las 19 horas, venía a buscarla el marido, Josesito, rudo y fornido carnicero de la zona.- Así las cosas, una tarde le pedimos que por favor nos fuera a comprar cigarrillos al kiosco que había en la esquina del nosocomio, para lo que le dimos el dinero, que ella tomó y nos dijo que regresaba en diez minutos…cuando el reloj señalaba las 16.30 horas.- Tres horas después, Teresita no había vuelto, y así se lo dijimos al esposo, que de inmediato dio parte a la policía, mientras el portero del hospital aseguraba que la vió salir con el dinero en la mano, y que ella dijo que venía en unos momentos.- A las 20.30 me retiré de Padua, y a la protagonista de esta historia era como si se la hubiese tragado la tierra, ya que, para completar, el señor del kiosco nos dijo que allí no había ido…La noticia de la misteriosa desaparición era mencionada en todos los noticieros, y se destacaba en todos los diarios, con fotos de Josesito y las empleadas del hospital, algunas llorando por temer lo peor.- Y así pasó la noche del jueves, día de la guardia, todo el viernes y también el sábado, sin noticias.- Hasta que de pronto, el domingo a mediodía, se produjo un verdadero shock informativo, ya que Teresita había aparecido, caminando como desorientada, en el cruce de las vías del F.C. Sarmiento, a dos cuadras del hospital, donde fue socorrida por el guardabarreras, que avisó a la Policía!- La pobre amiga nuestra hizo un relato largo y pormenorizado de los sucesos que le tocó protagonizar…” Cuando salía del hospital y se dirigía hacia el kiosco, pasó por el baldío vecino a su trabajo, y se sintió mareada, y cree que perdió el conocimiento, no sabe por cuanto tiempo, al cabo del cual despertó, siempre mareada, y se encontró acostada sobre una especie de camilla, mientras dos seres extraños, muy altos, la examinaban: no hablaban ni emitían sonido alguno, pero se comunicaban, tal vez, telepáticamente, y le mostraron que estaban en el espacio, que eran de otra galaxia, y que no temiera, que la iban a regresar nuevamente a La Tierra, luego de lo cual, perdió nuevamente el conocimiento”…Esta versión, con algunas diferencias, se publicó hasta el cansancio en todos los medios.-

Fue el comentario de todos, incluyéndonos a nosotros, durante algún tiempo, hasta que se fue agotando, como sucede con todos los temas un tanto crípticos.- Un par de meses después, terminamos nuestra redacción para aquél congreso, y me fui a despedir de toda la gente de Padua, médicos, enfermeros y empleados, y supe que Teresita era muy feliz con su marido, y estaba de licencia por causa del estrés soportado.- Cuando me hube despedido de todos, ya en la puerta del simpático hospitalito, se me acercó Chela, otra enfermera, gran amiga de nuestra heroína, que me apreciaba mucho, y me acompañó hasta mi automóvil: al despedirse, yo le comenté que la historia de Teresita parecía algo disparatada, y ella me contestó- Doctor, usted es un caballero, y sé que no va a hablar de esto con nadie.-Entonces le pregunté qué me quería decir, y me contó que “Teresita salió del hospital rumbo al kiosco, y frente al baldío vió un Torino cero Km y, en él estaba Carlitos, su ex novio, que la saludó con un beso, le mostró el auto, recientemente adquirido, y la invitó a dar una vuelta manzana, a lo que ella accedió pero sólo unos minutos…durante los cuales él supo que ella era feliz con su esposo y en su trabajo.- Y Chela continuó: “ y se fueron hasta Luján, a una especie de cabaña, y se quedaron tres días, pero se peleaban como cuando eran novios, y el sábado él la agredió, y en la mañana del domingo la dejó en Padua, frente a la barrera…”.- Le agradecí esa confidencia, le dí otro beso, y me alejé definitivamente.-

Creo que habían pasado dos ó tres años de esos acontecimientos, y un sábado por la tarde estábamos con mi esposa tomando café en el living de casa, y encendimos el televisor para ver el programa “Sábados Circulares de Mansera”.- El popular conductor comenzó mencionando algunos hechos tal vez vinculados con extraterrestres.- En primer lugar, presentó a un camionero del sud, que volvió a narrar algo sucedido bastante tiempo antes, cuando se le detuvo el motor en plena ruta, de noche, y luego apareció un OVNI y bajó un tipo raro, muy alto, que le disparó un “rayo” en el abdomen, produciéndole unas quemaduras que mostró ante las pantallas, levantándose la remera…El público aplaudía a rabiar, hasta que vino un corte publicitario.- Luego del mismo, el conocido conductor pidió un aplauso “para Teresita, la enfermera de un hospital de la provincia de Buenos Aires que fue secuestrada por extraterrestres durante tres días, y en una nave espacial vaya a saber de qué Galaxia, la examinaron, tomando, quizás, muestras biológicas”.- El público en el estudio, aplaudía y deliraba nuevamente, mientras Teresita saludaba, emocionada, y la cámara hizo un primer plano del panel de invitados…Yo ni mi esposa lo podíamos creer: en dicho plano, saludaba eufórico, con un periódico doblado bajo el brazo, nada menos que Josesito!! –Luego, la enfermera comenzó su relato, y nosotros desconectamos el televisor.-

JOTACET- 09-julio-09-

martes, 7 de julio de 2009

CRIMEN EN LA PATERNAL




Los dos cartoneros pasaban, como todos los días, por esa cuadra de la calle Warnes, entre Fragata Sarmiento y Paysandú, y en la mitad de cuadra les llamaron la atención dos cosas: la cortina metálica del local, que había sido un antiguo desarmadero de autos robados, que estaba evidentemente forzada y entreabierta, y un intenso olor nauseabundo que se percibía desde la vereda.- Comunicaron la novedad a los efectivos de un patrullero de la comisaría 29 que pasaba por el lugar.- Media hora después se podía ver la luz intermitente de los móviles policiales estacionados en la entrada, junto a la camioneta de la Policía Científica.- En el interior del local, lleno de basura y papeles de diario, entre ratas que huían para todos lados, los policías habían encontrado un cadáver de un hombre con dos disparos en la zona posterior del cuello, que estaba en decúbito dorsal.- El muerto aparentaba unos cuarenta años de edad, y el forense dijo que tenía livideces, es decir, manchas violáceas, en la cara anterior de las rodillas y del tórax y abdomen.-Ante la mirada interrogativa del comisario de la 29, el vasco Garabal, el facultativo dijo: “a este lo mataron en otro sitio, boca abajo, y después lo pusieron acá”, por eso las manchas cadavéricas están adelante.- Los peritos levantaron una serie de posibles evidencias, como colillas de cigarrillos, algunos papeles de diarios, y una lona con manchas posiblemente de sangre.-Entonces Garabal habló a su amigo, el comisario Mitchell, a cargo de Policía Científica, y lo invitó a tomar un café en su despacho, para reunir los detalles de este hecho.- Estuvieron juntos casi toda la tarde, y averiguaron que en Honorio Pueyrredón y Juan B. Justo, habia una anciana que escuchó, tres días antes, dos detonaciones cerca de las 22 horas, frente a su casa, en un negocio de venta de autos y taller mecánico. La informante estuvo vigilando por un ventilux de su baño, hasta que algunas horas después vió como dos hombres sacaban un “bulto”grande, al hombro, y lo depositaban en la caja de una camioneta estacionada en la puerta del taller.- Los policías dispusieron todo para echar un vistazo, y en el allanamiento del lugar, dispuesto por el Juez, encontraron una lona grande con unas manchas, que secuestraron para las pericias ulteriores.- El propietario del negocio resultó ser un tal Albarracin, sospechoso de algunos negocios no demasiado claros, que desde hacía dos días estaba en una quinta de su propiedad cerca de Lomas de Zamora, en la Provincia de Buenos Aires.- En la misma agencia se secuestró, en el escritorio de Albarracin, una pistola cal 7.65 con una caja de proyectiles, faltando varios de ellos. Además, en un ropero metálico en el baño, se secuestró un revólver cal 38 Special que tenía 6 proyectiles en su tambor.- Se detuvo a dos empleados que dijeron que las dos armas eran “del patrón” y dieron datos sobre la quinta de fin de semana.- Por último, se secuestró una camioneta Peugeot (recién lavada), que coincidía con la que vió la anciana que vivía enfrente…
La comisión policial partió de inmediato hacia Lomas de Zamora con el Principal Godoy, el Cabo 1º Ríos, los Sargentos Cantero y Videla.- Al llegar a destino se les agregó gente de la Brigada local, arribando a la casa de fin de semana cuando anochecía.- Entraron sin dificultad, deteniendo a Albarracin y a un tal Sosa, que era el casero, sin que opusieran resistencia alguna.- Además, requisaron unas carpetas con documentación abundante de vehículos diversos y emprendieron el regreso a la capital.-Las pericias balísticas de los dos proyectiles, (uno alojado en el piso de la boca, y el otro en la base del hemitórax derecho), demostraron que eran de calibre 7.65, y también que habían sido disparadas por la pistola de ese calibre secuestrada en el taller de Albarracin.- El proceso de la Justicia señaló al dueño del taller como autor del homicidio, y a sus dos empleados como cómplices.- La documentación secuestrada en la casa quinta de Lomas, luego de una larga investigación de “la Bonaerense”, permitió detectar una verdadera Red de “desarmaderos”que funcionaban en la capital, y estaban interconectados con otros de distintas localidades de la provincia, en la línea Florencio Varela, Chascomús, Dolores.-

Los hechos presentes, coincidieron con numerosas inspecciones realizadas por el Fisco en los comercios de la Avenida Warnes, esos que venden repuestos y todo tipo de “autopartes” pidiendo la presentación de la documentación pertinente…Los inspectores de la AFIP eran acompañados por la Policía y la Gendarmería Nacional: el desbande fue total, y todos los vecinos pudieron observar a dueños y empleados de los negocios “truchos”, escapando por los techos de las respectivas manzanas aledañas llevando bolsas, cajas y paquetes de todo tipo…

El comisario Garabal preparaba los dos cafés mientras le decía a su colega: “así que el negro Albarracin, además de liquidar al que se había quedado con un VUELTO, estaba en el afano de vehículos, dirigía a varios “cortadores”, era socio en algunos desarmaderos, etcétera…”, así que va a estar “guardado unos cuantos años”.- Su interlocutor, Mitchell, el de la policía científica, sonriendo mientras echaba una bocanada de humo, hacía movimientos afirmativos con la cabeza, y decía como moraleja: “Gracias a Dios, este barrio tiene todavía muchas viejas mal entretenidas que espían por las ventanas…y algunos cartoneros curiosos, que como en este caso, son nuestro Tercer Ojo…”.- El sargento Cantero entró trayendo un paquetito con mediaslunas, mientras cantaba en voz baja “barrio de tango”…


JOTACET- 07-JULIO-09-

domingo, 5 de julio de 2009

ANGELITO, MI AMIGO INOLVIDABLE




v -En el año 1.975 decidimos comprar unos lotes en la Costa Atlántica en la localidad de Costa del Este, para construir algo, tal vez, en el futuro.- Poco tiempo después, en ese mismo lugar, conocí un personaje inolvidable: se trataba de Angelito, un gordo simpatiquísimo, egresado del Colegio Lasalle de Buenos Aires, que vivía con sus padres en una casa en la playa, en la cual oficiaba de Estafeta Postal.- Angelito era un gran lector pero también era lo que nosotros llamamos “un busca”. Desde que nos hicimos amigos, desarrollábamos largas e interesantes charlas de los temas más diversos de cultura general.- En el verano repartía los diarios en bicicleta, y lo contraté para que me hiciera el mantenimiento del parque, ya que tengo dos lotes con más de 1.000 metros cuadrados de superficie.-Tengo un chalet, una pequeña pileta y un kincho, acostumbrando a ir en cualquier época del año. Algunas veces llegaba y encontraba el césped totalmente cubierto por la pinocha, esa hojarasca de los pinos con forma de finas agujas. Entonces lo iba a buscar para saber la causa de la falta de limpieza de mi parque, y Angelito me decía, con una sonrisa, que “se venían las heladas” y me iban a quemar todo el césped, y entonces la cobertura de pinocha lo protegía: luego me guiñaba un ojo y me decía- “Tagle, aquí está todo calculado, si quiere barro todo, pero crucemos los dedos”- y yo me reía, porque no me podía enojar…Angelito era un tipo muy emprendedor, y tenía un boliche a dos cuadras del mar, que se llamaba “El Cuchitril, donde tenía billar y también era bar y se podía comer.- Cuando llegábamos de noche, ya tarde, en pleno invierno, el Cuchitril era un refugio fenomenal donde encontrábamos comida caliente y muy sabrosa, nos tomábamos unos vinos y charlábamos con nuestro amigo mientras escuchábamos unos tangos en un viejo radiograbador que él tenía.- En el boliche trabajaban dos muchachos macanudos, uno era el parrillero y el otro, Carlos, era el mozo.-El mozo era bombero del destacamento local, y se hizo amigo mío.- Me contaba que Angelito acostumbraba dormir la siesta acostado sobre la mesa de billar, roncando y dando vueltas para acomodarse.- Entonces el parrillero y el mozo hacían apuestas de que el patrón se caería al suelo, pero eso nunca sucedía.-Un día, cerraron como siempre después del mediodía, y el parrillero se retiró a su casa porque padecía una fuerte jaqueca, quedando Carlos lavando los platos y limpiando el local para la noche.-Angelito había comido abundantemente, y dormía la siesta sobre la susodicha mesa- Y entonces sucedió: en una de sus volteretas cayó violentamente al suelo de espaldas, y con gran estrépito. El mozo corrió para asistirlo, y le dijo que no se moviera, que él iba a buscar un médico, ó bien, con el coche de Angelito, lo llevaría al hospital, pero Angelito se negó a los gritos, terminantemente, y pidió que lo ayudara a levantarse.- Estaba todo dolorido y contracturado, pero movía las piernas y los brazos con cierta dificultad.- Con gran esfuerzo salieron lentamente rumbo a su casa, por la arena irregular, ya que sólo quería estar en su cama, atendido por la “Mecha”, su mujer.- Finalmente llegaron, y Carlos abrió cuidadosamente la puerta, que estaba, como siempre, sin llave: por la ventana pudieron observar al empleado que se había retirado antes por su jaqueca, deambulando por los alrededores del patio.- Angelito lo increpó, duramente, y el hombre pidió perdón a gritos por haber mentido, ya que Angelito lo había acogido paternalmente y le había dado empleo…Ante los ojos atónitos de Carlos, Angelito lo echó violentamente, diciéndole que desapareciera… Ella se puso a llorar, y poniendo unas pocas ropas en una vieja valija de cartón, dijo: Querido, yo nunca te fallé no soy una de esas! ¡No sabía que ese muchacho andaba por acá! –Yo ahora me voy, y no me vas a ver nunca más.- Angelito abrió lentamente el cajón de la cómoda y extrajo un revólver 38 que llevó luego hacia su cabeza y le dijo: ¡”Si pasás por esa puerta, serás la única responsable de mi muerte”! Ella lo abrazó, llorando en silencio, mientras lo ayudaba a recostarse en su cama.- Después siguió pasando el tiempo, y El Cuchitril se vendió, y con lo que sacó de esa venta, Angelito puso otro local tipo restaurante, todo pintado de blanco, con desniveles, una gran parrilla y muchas mesitas.- El se ocupaba del asado, los pollos, atendía las mesas, y ella se ocupaba de las ensaladas, los postres, y la caja.- Tenían mucho trabajo, porque toda la gente los quería mucho, y él me dijo que ya no daba más, y que estaba buscando un parrillero para que lo ayudara.-Pero evidentemente eran demasiado buenos, y malos comerciantes, porque se fundieron definitivamente.-En el ínterin tuvieron un hijo, un morochito hermoso, y mientras Angelito atendía un puesto grande de diarios y revistas en el centro comercial, su esposa preparaba comidas para llevar que se vendían en un negocio de la esquina.-El nene seguía creciendo, y ellos también, como padres ejemplares.- Yo buscaba cualquier excusa para ir a conversar con mi amigo sobre Política, Historia, chimentos del pueblo, ó anécdotas del Imperio Romano ó de platos voladores. Siempre resultaba entretenido.- Y seguía disfrutando de mi amigo, hasta que comenzó con episodios de dolor precordial, y una fría mañana salió de su casa y se dirigió al auto, para que la Mecha lo llevara a ver a un médico de Mar del Tuyú.- Cuando ella salió, Angelito estaba recostado en el suelo, al lado de su auto, que ese día no le quiso arrancar…El nene se perdió el placer de crecer escuchando a ese padre de lujo…Pero quedó a cargo de esa madre ejemplar, que sigue cruzando el pueblo con su hijo, con ese orgullo de dar el ejemplo.-Yo no puedo menos que escribir esto con una sonrisa, y levantar mi copa en homenaje a ese gordo querido que era emprendedor, un “busca”, un buen tipo, excelso amigo y Padre y Marido ejemplar: y, no inútilmente era egresado del Colegio de Lasalle de Buenos Aires.-

JOTACET-05-JULIO-09-